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Segundas y terceras percepciones

Imagen de Wilson Gonzalez-Espada
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El autor de la imagen describe su peculiar forma de "concebir" los meses del año debido a su sinestesia espacio-secuencial. Foto: Kelley, tomada de Flickr Creative and Commons.

Segundas y terceras percepciones

Por: Ángela León Cáceres, Sociedad de Divulgación Científica Quinto Pilar

Si nos preguntamos qué sentía Mozart al momento de componer sus partituras, Kandinsky y Van Gogh en sus obras de arte o Patrick Süskind y Víctor Hugo en su literatura; seguramente lo último que vendría a nuestra mente es pensar que vieron los sonidos, saborearon sus visiones y asociaron colores a palabras, letras y números. Lo cierto es que hace más de 200 años esta extraña pero maravillosa condición ha sido estudiada, llegando a ser conocida como Sinestesia.

La sinestesia es una condición en la que la estimulación de un sentido provoca una experiencia adicional, a menudo en un sentido diferente. Este procesamiento multi-sensorial podría llegar a dar varias explicaciones a los mecanismos neuronales que procesan y se interrelacionan en cada una de nuestras experiencias perceptuales. Así que vamos a adentrarnos en el mundo de los sistemas de percepción; incluyendo a las estructuras neurofisiológicas y la tan extraña naturaleza de la conciencia humana.

Efectivamente, existen diferentes variedades sobre esta condición. La sinestesia se puede presentar en su forma más común que es la llamada color-grafema; en la que las palabras, grafemas, letras, notas musicales o números evocan colores. Además, existen otros tipos que muestran percepciones de visiones inducidas por el olfato o la audición inducida por el tacto. Según el Profesor de la Universidad de Miami, Sean Day, hasta ahora se han documentado casos de casi todas las distintas combinaciones posibles entre los distintos sentidos. A todo esto cabe mencionar un factor fundamental que remarca que las asignaciones sinestésicas son proyectadas generalmente en una sola dirección. Es decir, que una persona que ve colores al oír sonidos no obligatoriamente escucha esos sonidos al ver los colores. Cabe resaltar de igual manera que los sinestésicos color-grafema perciben los estímulos con un color determinado y que algunos ven los colores de las letras proyectándose hacia el exterior de manera que floten, mientras que otros los visualizan en la mente. Algo más interesante aún es el hecho de que algunos sinestésicos no son conscientes de que el resto del mundo no percibe de la misma forma que ellos y por lo tanto, lo consideran “normal”. 

La pregunta obvia en estos casos reside en el cómo y por qué de la sinestesia. Existen dos teorías principales que han estudiado a la sinestesia desde sus bases. El conocido neurólogo Richard Cytowic propuso que esta condición es la causa de una activación anormal de las zonas límbicas del cerebro; las mismas que provocan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. Por lo tanto, para Cytowic, la sinestesia sucede cuando la actividad cerebral registrada en zonas de la corteza disminuye y aumenta en las zonas límbicas. En consecuencia, Cytowic propuso su teoría que posiciona al sistema límbico como estructura cerebral subyacente al fenómeno sinestésico. Bajo esta teoría, el hipocampo juega un rol fundamental al realizar una evaluación de lo externo de forma multi-sensorial.

Por otra parte, el neurólogo Vilayanur Ramachandran, reconocido mundialmente por sus extensos estudios en los campos de la neurología de la conducta y la psicofísica; ha propuesto que la sinestesia sucede a raíz de una activación cruzada de las zonas adyacentes del cerebro que procesan la información tanto del aspecto físico de palabras, letras o números con las zonas que relacionan la información principalmente relativa al color. En su teoría, las personas sinestésicas poseen más conexiones en la zona posterior-vertical de la corteza cerebral y por consiguiente, las zonas adyacentes se comunican con mayor facilidad que las presentes en personas no sinestésicas.

La mayor parte de estudios que podrían negar o afirmar casos de sinestesia se han elaborado bajo las perspectivas de la neurociencia cognitiva, bajo técnicas tradicionales de psicología como la Tarea Stroop que trata de conocer los efectos que tienen estas interferencias sobre el comportamiento humano. Además de otras técnicas de neuroimagen como IRMF (Imagen de Resonancia Magnética Funcional) o TEPE (Tomografía por Emisión de Positrones). Éstas últimas permiten visualizar y medir la activación de las diferentes áreas cerebrales que se activan cuando las personas realizan una acción propuesta. Efectivamente, estas técnicas detectan los niveles de sangre en las diferentes zonas del cerebro y con algoritmos muestran las zonas cerebrales más activas; lo que revela que cuando un participante es sinestésico, presentan activación en las zonas relacionadas con el procesamiento del color aún cuando se encuentren realizando tareas con dígitos en negro.

Ciertamente, aunque no es una condición común dentro de los seres humanos; quienes la poseen experimentan sensaciones maravillosas y en algunos casos como los mencionados anteriormente han llegado a potenciar habilidades artísticas como la pintura, la música y la literatura. Tan solo imaginemos como sería no solo escuchar un concierto de música sino contemplar las formas de los sonidos en colores. Así que la siguiente vez que escuchemos frases tan comunes como dulces sueños, recordemos que siempre hay quienes tienen segundas y terceras percepciones sobre la realidad exterior.

Ángela León Cáceres. Segundas y Terceras Percepciones. Antorcha Verde. Séptima edición. 2014 pag. 15 (http://issuu.com/quinto_pilar/docs/2014-02_edici__n_7_final). www.quintopilar.com.

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