Las gárgaras de sal no eliminan el coronavirus

Reinaldo Franqui Machin's picture
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Publicado originalmente en la sección de Opinión de El Nuevo Día

El coronavirus ya ha infectado a más de 167 mil personas en el mundo. Agencias como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ofrecen información actualizada y fundada en la evidencia científica sobre este virus para prevenir su propagación. A pesar de estos esfuerzos, las redes sociales son tierra fértil para la promoción de mitos. 

Es probable que ya te hayas encontrado con una imagen o una captura de pantalla informándote que puedes combatir el COVID-19 haciendo gárgaras de agua con sal, vinagre, o bebiendo mucha agua caliente. Esta aseveración es completamente falsa. Aunque la hidratación es de gran importancia para mantenerte saludable, tomar mucha agua caliente, o hacer gárgaras de sal, o vinagre no tiene ningún efecto en la infección o recuperación del coronavirus. 

En las redes sociales, estos mitos se vuelven tan virales como el COVID-19, porque consisten en aseveraciones cortas, fáciles de recordar, y con cierta alusión a un remedio casero accesible. Pero en realidad, son nada más que chismes pegajosos sin fundamento científico. Para ser más convincentes, estas imágenes engañosas pueden venir con una referencia ambigua de que el consejo proviene de algún profesional de la salud, ya sea médico, investigador, u otro similar. Como resultado, se nos hace fácil presionar el botón de compartir en Facebook, o mencionárselo a nuestras amistades y seres queridos como información real.

Propagar esta mala información sobre tratamientos caseros brinda un falso sentido de seguridad que ayuda a la propagación de este peligroso virus. Recuerda que aún no se sabe mucho de COVID-19, y está surgiendo evidencia de que el virus es contagioso inclusive en su etapa asintomática. Esto significa que, si has sido expuesto al virus y te dejas llevar por esta información falsa para mantenerte “saludable”, podrías estar poniendo en peligro tu vida y la vida de tus seres queridos, en especial aquellos con condiciones médicas crónicas o mayores de edad, los cuales son más susceptibles a la enfermedad.

Antes de compartir información que veas en los medios sociales o por WhatsApp, tómate un minuto y hazte las siguientes preguntas:

¿Te causó una respuesta emocional fuerte? 

¿La información evita citar fuentes oficiales?

¿La información se basa en teorías obscuras o de tipo conspiraciones?

Si contestas “sí” a estas preguntas, es probable que la información sea de fuentes dudosas. Te invito entonces a que visites páginas como la de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, o la Organización Mundial de la Salud, para que corrobores la veracidad de la misma. Estas agencias han creado una serie de respuestas concisas y científicamente verificadas para disipar dudas del coronavirus. Si confirmas que compartiste información falsa osin base científica, no te sientas mal, todos somos susceptibles a estos engaños. Simplemente borra la publicación, reporta la página, y notifica a tus seres queridos sobre la corrección.

Detener esta pandemia es tarea de todos y podemos ayudar poniendo en cuarentena permanente la desinformación del COVID-19.

El autor es Doctor en Biología Molecular y Estudiante de Derecho en la Universidad de Howard en Washington, DC.

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