El coronavirus en el trópico

Kevin M. Alicea - Torres's picture
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Publicada originalmente en la sección de Opinión de El Nuevo Día

Existen muchos factores que afectan la propagación de las infecciones virales como el coronavirus que causa COVID-19. Muchos hemos escuchado de la importancia de mantener distancia social y de lavarse las manos frecuentemente. Sin embargo, más allá de la proximidad o contacto directo, también existen factores ambientales que pueden afectar la transmisión de los virus. 

Varios estudios han demostrado que las condiciones ambientales o el clima pueden afectar, no solo la sobrevivencia y propagación de un virus, sino también nuestro sistema inmunológico. Por ejemplo, cuando se habla de la temporada de la influenza (o el “flu season”), se hace referencia a los meses más fríos y de poca humedad. Esto es porque la influenza es mucho más común durante esta época del año, en parte porque a este tipo de virus le gusta el frío y la poca humedad. 

Otro factor que contribuye es que la poca humedad puede bajar las defensas de nuestro cuerpo para combatir la influenza. Por ejemplo, cuando hay poca humedad nuestros pulmones no pueden remover el virus de las vías respiratorias tan fácilmente y disminuye su capacidad de reparar los daños causados por el virus.

¿Es posible que nuestro ambiente tropical afecte positiva o negativamente la propagación del contagio con COVID-19?

Aunque todavía sabemos muy poco sobre el COVID-19 como para llegar a conclusiones similares como las que tenemos para la influenza, algo que queda claro es que este coronavirus no discrimina. La pandemia no se ha concentrado en países con condiciones ambientales particulares, sino que se ha propagado por distintas regiones climáticas, incluyendo a Puerto Rico y países con altas temperaturas y mucha humedad. Lo más probable es que sea muy temprano para determinar si existe una relación entre la transmisión de COVID-19 y estos factores ambientales. 

Como el brote de COVID-19 ha coincidido con la temporada de la influenza y ambos causan síntomas respiratorios similares, han surgido muchas comparaciones entre ambos virus. Sin embargo, a medida que transcurre la pandemia hemos observado que existen diferencias importantes. Por ejemplo, COVID-19 es más mortal que la influenza (por el momento, esto puede cambiar) y uno de los problemas actuales es que no hay vacuna o tratamiento disponible. Aún queda mucho por aprender sobre el COVID-19, pero los expertos aún coinciden en que es bastante probable que veamos una disminución de casos a medida que nos acerquemos a los meses más calientes y húmedos. Sin embargo, eso no quiere decir que podemos bajar la guardia y asumir que nuestro ambiente tropical nos exonerará de que se siga propagando el coronavirus en Puerto Rico. Es necesario que sigamos tomando todas las medidas de prevención.

El autor es estudiante Doctoral en Biología Celular y Molecular en la Universidad de Pensilvania.

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