Querido “task force”

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Publicado originalmente en la sección de Opinión de El Nuevo Día. Parte de la colaboración entre CienciaPR y El Nuevo Día.

La semana pasada el gobierno de Puerto Rico creó un “task force” con salubristas, científicos y médicos para liderar el desarrollo de estrategias de prevención y mitigación del COVID-19. Esta iniciativa, en conjunto con las medidas de distanciamiento físico, son dos pilares importantes en la lucha contra esta pandemia en Puerto Rico. Como salubrista, me surgen varias preguntas para entender su plan de acción. 

Mucho se ha hablado de que el distanciamiento físico (o sea, quedarnos en casa) nos puede ayudar a detener los contagios. No obstante, ante la escasez de pruebas en Puerto Rico, hoy en día no tenemos un panorama certero de lo que está ocurriendo. Entonces sin conocimiento empírico de cómo se está dispersando el virus en la población, ¿cómo evaluarán la efectividad de nuestras medidas de distanciamiento sin hacer suficientes pruebas y tener buenos sistemas de vigilancia? 

Para poder flexibilizar y ajustar las medidas de distanciamiento debemos conocer el ritmo de reproducción básico de este virus, lo que se conoce en epidemiología como R0. El R0 es un número que nos da una predicción de cuántas personas pueden ser infectadas por alguien que ya tiene el coronavirus. Mientras que el R0 en Puerto Rico sea mayor de uno, seguiremos viendo un incremento en los casos. Entonces, la meta debe ser disminuir el R0. 

¿Cómo van a determinar el R0? Nuevamente, es necesario el rastreo de casos haciendo pruebas a todas las personas con o sin síntomas que estuvieron en contacto con los pacientes que ya dieron positivo a COVID-19 (algo que anecdóticamente sabemos que no se está haciendo en Puerto Rico). ¿Cómo y cuándo van a aumentar la capacidad de hacer pruebas y hacer rastreo de casos?

Estos esfuerzos tienen que llevarse a cabo lo antes posible. Cada día que pasamos sin identificar posibles contagios, nos arriesgamos a que se disparen los casos. Hemos escuchado sobre la importancia de aplanar la curva para evitar que el sistema de salud colapse. Aplanar la curva significa que en lugar de que todos los pacientes se enfermen al mismo tiempo, sobresaturando el sistema, menos pacientes se enfermen en un periodo más largo de tiempo. 

¿Cómo determinarán la capacidad de nuestro sistema de salud y cómo sabrán si nos acercamos al punto de colapso? Puerto Rico necesita un inventario diario del número de camas, equipos y recursos disponibles. Esto permitiría entender cuán saturados estamos, para implementar nuevas medidas de mitigación adicionales. En caso de llegar cerca del colapso, necesitaremos diseñar planes más dinámicos, como habilitar coliseos con camillas, reclutar más personal con entrenamiento en salud, e identificar fondos para adquirir los recursos necesarios (mascarillas, equipo de protección, respiradores, medicamentos). En el caso más extremo, también este plan de mitigación tendría que desarrollar guías y políticasque le permitan a los médicos priorizar pacientes. 

El “task force” de Puerto Rico tiene ante sí una labor titánica. Los retos que enfrenta este comité por la complejidad de la pandemia de COVID-19 no tienen precedentes. Mientras que la creación del “task force” es un paso en la dirección correcta para Puerto Rico, es necesario que sean transparentes con el país, que presenten un plan efectivo y que lo pongan en práctica de inmediato. 

La autora es Epidemióloga Especializada en Enfermedades Infecciosas y Epidemiología Molecular

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