Diferencias de sexo y el riesgo ante el COVID-19

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Publicado en la sección de Opinión de El Nuevo Día, como parte de la colaboración entre CienciaPR y ese periódico.

Por José Colom Lapetina

Una de las observaciones que llaman la atención sobre la enfermedad de COVID-19 es que afecta mayormente a los hombres.

El Centro de Control de Enfermedades de China (China CDC) publicó un análisis de la características epidemiológicas del brote entre el 8 de diciembre de 2019 y el 11 de febrero de 2020. Entre los 44,672 casos confirmados de COVID-19, seis de cada 10 pacientes eran hombres. Adicionalmente, la tasa de mortalidad de los hombres era 65% más alta que la de las mujeres. Estas cifras son congruentes con informes de países que se han visto igualmente afectados como Italia y Corea del Sur, en los cuales los hombres forman la mayor parte de los casos y muertes.

En Puerto Rico, la escasez de pruebas y falta de estrategia salubrista de parte del gobierno ha impedido obtener un panorama epidemiológico más preciso. No obstante, los reportes preliminares del Departamento de Salud parecen indicar una tendencia similar. A partir del 25 de marzo, de 441 casos ya evaluados por COVID-19 en el país, 64 han resultado positivos. A pesar de que han ejecutado más pruebas en mujeres, el 65.6% de las administradas a hombres han resultado positivas.

Aunque se podría postular que las diferencias entre los sexos son producto de prácticas socioculturales o normas de género en los países afectados, existe evidencia de que hay una base biológica para las diferencias observadas. Científicos que estudian enfermedades provocadas por la familia de coronavirus han notado que existen diferencias de sexo en la susceptibilidad a enfermedades respiratorias tanto en roedores como en humanos. En experimentos ejecutados por investigadores en la Universidad de Iowa, la tasa de mortalidad en ratones machos aumentó más drásticamente que en hembras tras incrementar la dosis de virus a la que estaban expuestos los animales.

Una de las diferencias principales entre los machos y hembras son los niveles de hormonas, entre ellas el estrógeno. El estrógeno es fundamental para el desarrollo de las características biológicas femeninas y se produce en cantidades reducidas en los machos. Cuando los científicos le administraron drogas para disminuir el estrógeno a las hembras, para semejar los niveles hormonales en los machos, la vulnerabilidad de las hembras a los coronavirus aumentó.

En estudios con sujetos humanos se observa una moda similar. Aunque las mujeres padecen de condiciones respiratorias como asma en mayores proporciones, los hombres exhiben riesgo elevado de sufrir complicaciones como daño a los pulmones o muerte como resultado de una infección de coronavirus. Al intentar de explicar esta discrepancia, se ha señalado que las mujeres montan respuestas inmunes más robustas a este tipo de virus que los hombres. Esto, en conjunto con el hecho de que las hormonas como el estrógeno influyen el sistema inmunológico, sugieren que las diferencias de sexo podrían jugar un rol importante en la progresión de COVID-19.

Los resultados de estudios científicos aquí mencionados y las observaciones de las diferencias de sexo en COVID-19 resaltan la importancia de estudiar las diferencias de sexo en estudios clínicos y biomédicos en general. Históricamente, la ciencia y la medicina ha realizado sus investigaciones en machos y hombres, lo que ha limitado grandemente el conocimiento sobre más de la mitad de la población mundial. El desarrollo de terapias especializadas requiere establecer una base de conocimiento más amplia sobre las diferencias entre hombres y mujeres. Más allá, esta información nos permitiría identificar con prontitud las poblaciones con riesgo elevado al COVID-19, formular tratamientos apropiados y asignar los recursos necesarios.

El autor es Estudiante Doctoral de Neurociencia en el Instituto de Investigación de Scripps en Jupiter, Florida.

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