About Me:
Estimados amigos de Ciencia PR, soy estudiante autodidacta de muchas disciplinas y estudio lingüística de manera formal, aunque estopy en receso forzoso por una condicián de salud. Por mi cuenta leo sobre ecología, astronomía, antropología, biología y muchos otros temasde cultura general. Me preocupa mucha la situacián del calentamiento global y la erosión que se patenta cada vez más en los ecosistemas terrestres. En particular, me espanta el cambio climático tan extremo, de tanto calor, en nuestra iskla. Leí un artículo titulado Puerto Rico: ¿una isla sin playas? de la profesora de mayaguez Mónica Feliú-Mójer (posted on June 1st, 2007), que denuncia una situación alarmante de las playas de Puerto Rico. Yo soy amante de la playa y cuido mucho de no dejar basura; si la veo, aunque no sea mía, la recojo; educo a mi hijo sobre la importancia fundamental de respetar la vida y sus ecosistemas, para rpeservarlos por su riqueza y porque la vida de todos los seres terrestres depende de estos.
Sin embargo, quisiera traer a colación una preocupación relativa a esto que denuncia la profesiora Feliú-Mójer, y es que continuamente leemos en la prensa u observamos con decepción cómo se descargan aguas sabitarias a las costas playeras y los cueropos de agua dulce de la isla. A menudo planeamos ir a una playa y cuando llegamos nos enteramos de que hay bandera roja y que hay enterococos en alta cioncentración, que ponen en eligro nuestra salud y aniquilan los pocos corales uqe quedan y el hábitat marino. No encuentra uno alguna agencia que dé la cara por esta situació, haciendose los funcionarios de la vista larga y los oúdos sordos. Incluso, hoteles "de prestigio"descargan sus aguas sanitarias a las playas donde sus inquilinos se recrean, y el Gobierno mantiene un silencio cómplice, el mismo silencio que mantuvo con la contaminación proviocada por las farmacéuticas, el agente naranja, y el uranio reducido en Vieques. Si uno quiere enterarse de cu
l playa tiene menos heces fecales el fin de semana, no puede, poque nadie informa sobre ello. Como dije, en el mejor de los casos encontramos una bandera que lo indique, pero me temo que mudchas veces ni siquiera la hay para avisar del peligrao. Ya vemos que la mayoría de los esfuerzos por restaurar el hábitat costero se dan por parte de ONG y de estudisos serios universitarios que se suman al esfuerzo.
Felicito a la profesora por su artículo que nos advierte de forma constructiva, no nihilista, sobre la erosión de nuestras playas. Por mi parte, haré lo que esté en mi radio de acción para combatir la contaminación.
También deseo solicitarles que me informen, si les es posible, de cualquier medio que avise sobre el estado de las playas.
Hasta pronto, Oui B. Molina