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COVID-19 en Puerto Rico: La primera ola nunca rompió

Imagen de Marcos Javier Ramos-Benítez
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Publicado originalmente en la sección de Opinión de El Nuevo Día, como parte de nuestra colaboración con ese medio.

El número de casos, hospitalizaciones y muertes a causa de COVID-19 en Puerto Rico está aumentando a un ritmo alarmante. Este resurgimiento de casos que experimentamos no parece ser una segunda ola de la pandemia, sino un nuevo pico de una primera ola que nunca rompió en la orilla.  

Las recomendaciones del CDC establecen que los estados deben esperar a que ocurra una disminución constante de casos en un período de 14 días antes de proceder con una apertura gradual.  Puerto Rico nunca experimentó esa reducción continua de casos

¿Cómo llegamos hasta aquí?

Levantar prematuramente la orden de quedarse en casa, flexibilizar el toque de queda y no establecer una estructura para fiscalizar el distanciamiento físico en lugares públicos, son parte de la causa para el aumento de casos, hospitalizaciones y muertes que estamos experimentando en Puerto Rico. A pesar de que la gobernadora Wanda Vázquez Garced insiste en que la responsabilidad es individual, la realidad es que el gobierno es responsable de las flexibilizaciones, las órdenes ejecutivas y de hacerlas cumplir. La respuesta gubernamental se ha caracterizado por ser lenta e ineficiente en el establecimiento de los sistemas de pruebas moleculares y rastreo necesarios para monitorear el virus, por la falta de transparencia con los datos, y por ignorar a los expertos científicos y de salud pública entrando en fases de reapertura demasiado rápido.

¿Porqué ahora el aumento, si la reapertura fue a principios de junio?

Cuando una persona se infecta, pueden pasar hasta dos semanas antes de que muestre síntomas que los muevan a visitar su medico y hacerse la prueba. Uno de los retos con COVID-19 es que las personas infectadas pueden contagiar a otros antes de demostrar síntomas y aún si nunca los desarrollan. Luego de hacerse la prueba, hay que esperar unos días por el resultado, y se procede a añadir ese caso en los datos centrales. En Puerto Rico sabemos que ese proceso puede tener hasta semanas de retraso.

Los nuevos estimados indican que una persona infectada puede contagiar aproximadamente a otras 6 personas. Debido a las deficiencias en el sistema de pruebas moleculares, rastreo y reporte de datos en Puerto Rico, se dificulta identificar y cortar las cadenas de contagio. Esto hace posible que ocurran varios ciclos (infecciónà síntomas à prueba à resultado à datos) antes de que se traduzcan en un aumento notable en los datos centrales del Departamento de Salud.

Por tanto, estamos viendo los efectos de reactivar la economía, reabrir locales y relajar las órdenes de quedarse en casa, aproximadamente un mes después de que la gobernadora anunciara los cambios en aquella conferencia de prensa en el cine (que fue el 11 de junio de 2020).

Si bien es cierto que el comportamiento de la población tiene un impacto en el número de casos, el gobierno ha fallado en montar campañas de educación y prevención. Además, nuestros políticos no lideran con su ejemplo, pues los vemos con frecuencia auspiciando eventos masivos para sus campañas sin respetar el uso apropiado de la mascarilla y el distanciamiento físico.

¿Qué podemos hacer?

Hasta que no contemos con una terapia o vacuna efectiva y hasta que el gobierno no lleve a cabo una reapertura responsable e informada por la mejor evidencia científica, a nivel individual, sigamos las 3 estrategias básicas de prevención:

1) Distanciamiento físico (6 pies o más)

2) Utilizar mascarillas todo el tiempo (no solo para llegar a lugares)

3) Mantener el lavado de manos constante. 

Además, debemos evitar congregarnos con personas que no vivan con nosotros o en lugares cerrados con poca ventilación. A su vez, estas acciones lo ayudarán a proteger a otros en su familia y su comunidad.

Finalmente, sigamos exigiéndole al gobierno que cumpla con su responsabilidad de salud y política pública. Es mediante esa responsabilidad compartida que #EsteVirusLoParamosUnidos.

El autor es experto en enfermedades infecciosas, actualmente trabajando en el estudio de COVID-19.  En adición, es el director ejecutivo de Ciencia en Tus Manos, una organización sin fines de lucro dedicada a la comunicación científica.

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