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COVID-19: gran desafío en las elecciones

Imagen de Mónica Ivelisse Feliú-Mójer
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Publicado originalmente en la sección de Opinión de El Nuevo Día, como parte de la colaboración entre CienciaPR y este medio.

Solo unos pocos salieron victoriosos en las caóticas e irregulares primarias electorales en agosto 2020. Quien sí salió por la puerta ancha fue el COVID-19. Más de 60 personas de diferentes partidos políticos resultaron positivo al coronavirus días después de estas actividades.

Durante esas semanas primaristas se permitieron—de manera irresponsable—caravanas y mítines políticos que promovían la aglomeración de personas, contrario a lo establecido por la Orden Ejecutiva y las recomendaciones salubristas. El comportamiento de muchos políticos y políticas del país daba un falso sentido de que el COVID-19 había acabado. El saldo de ese “time out” de atención al COVID-19 fue un crecimiento sin control del virus en Puerto Rico. Agosto fue el segundo mes con mayor cantidad de casos positivos en la isla. Mientras, septiembre se convirtió en el peor mes de la pandemia, con más casos positivos, más muertes relacionadas a COVID-19 y el día con el mayor número casos reportados desde marzo en Puerto Rico.

A una semana de las elecciones generales, el tema del COVID-19 sigue pasando desapercibido. El tema del manejo de la pandemia ha estado ausente en los diversos debates que se han llevado a cabo. De igual forma hemos visto cómo en ellos al parecer el COVID-19 no existe. No hay uso de mascarillas ni distanciamiento físico entre los candidatos y moderadores, y se ignora el hecho de que lugares sin ventilación cruzada—como los estudios de televisión—proponen un alto riesgo de contagio.

A pesar de las promesas de seguir las reglas de prevención (y la orden ejecutiva), los candidatos siguen convocando a actividades políticas que promueven la aglomeración de personas.

Nos acercamos a un evento electoral en donde se congregarán miles de puertorriqueños a ejercer su derecho al voto y no queda claro si el Departamento de Salud está listo para salvaguardar la salud y seguridad de los electores el 3 de noviembre. Su silencio en cuanto a los protocolos para el día de las elecciones generales es igual o más ensordecedor al del mes de agosto.

¿Cómo van a garantizar que toda aquella persona con un diagnóstico positivo a COVID-19 pueda ejercer su derecho al voto sin exponer a las personas en los colegios electorales? Durante las primarias, el protocolo para estas personas positivas a COVID-19 rompía con las normas de aislamiento y ponía en riesgo la salud y seguridad de todos los presentes en los colegios de votación. Al día de hoy no se ha orientado y educado al pueblo sobre cuál será el protocolo para que estas personas puedan ejercer su derecho al voto, ya sea con voto al domicilio, por estaciones aisladas y/o servi-carros que limiten el contacto con la población en general.

¿Cómo se está preparando a los funcionarios de colegio para que puedan seguir y hacer cumplir las medidas de seguridad? La mayoría de los salones en los colegios de votación son pequeños, tienen pobre ventilación y proponen un alto riesgo de infección.

Puerto Rico se encuentra en su estado más crítico de la pandemia. La transmisión comunitaria del COVID-19 es alta y estamos en temporada de influenza, lo cual complica la situación. El Departamento de Salud tiene una última oportunidad de reivindicarse en la implementación de protocolos salubristas adecuados durante las elecciones generales. Si cumple o no con su deber ministerial está por verse. Mientras tanto, es importante que los ciudadanos recordemos los tres pilares para evitar el contagio: lavado de manos, uso correcto de la mascarilla (sobre la nariz y boca) sumado al distanciamiento físico.

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