Alertan sobre el efecto "isla de calor" en Puerto Rico

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Stella Canino
Pablo Méndez Lázaro (izq.) y la meteoróloga Ada Monzón son miembros del Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático. >Archivo/ EL VOCERO

En una isla con frecuentes advertencias de temperaturas extremas, la severidad de estos calores es exacerbada por un fenómeno que directamente afecta las zonas urbanas.

El efecto “isla de calor” es un fenómeno donde las áreas urbanas o metropolitanas se convierten en “islas” de altas temperaturas al compararse con áreas rurales donde abunda la vegetación y hay extensas superficies impermeables.

“A medida que nosotros vamos transformando el paisaje para urbanizar y desarrollar ciudades y áreas altamente urbanas, lo que estamos es modificando y alterando también ese balance energético y tenemos la capacidad ahora de retener más energía que se traduce en calor”, explicó Pablo Méndez Lázaro, profesor asociado del Departamento de Salud Ambiental del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y miembro del Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático.

“Por los tipos de materia que se utilizan como concreto y cemento, todo eso son tipos de materiales que tienen una capacidad de almacenar el calor y la energía que reciben es mucho más alta que lo que puede ser la infraestructura natural”, abundó

En Puerto Rico, la variación en la temperatura entre las zonas rurales y las zonas con este fenómeno puede ser de 20°F a 25 °F en muchos casos, indicó el experto.

Méndez Lázaro apuntó, que “todas las zonas urbanas tienen parchos gigantescos de calor extremo urbano” como los municipios de Caguas, San Juan, Ponce, Bayamón, Carolina, Fajardo y Arecibo.

“Las zonas metropolitanas son las grandes superficies impermeabilizadas y que tiene un impacto de efecto de calor. Pueblos más pequeños como decir Jayuya, claramente si hay una casa por sí sola, el techo de una casa puede estar a 15°F, 20°F, 30°F, diferente a lo que puede ser el entorno cercano. Pero ya a eso no le podemos llamar una isla de calor”, explicó Méndez Lázaro.

El efecto isla de calor urbana afecta a “todos los sectores de la sociedad” desde “los ecosistemas sensitivos, terrestres y marinos” hasta “la demanda de consumo energético”, dijo Méndez Lázaro.

Efecto a la salud pública

La preocupación mayor que la meteoróloga Ada Monzón tiene con el fenómeno es el efecto del calor extremo en los adultos mayores, enfermos, niños y la población con bajos ingresos.

“Son adultos mayores que son los más vulnerables. Una persona que tiene cáncer se deshidrata generalmente con su tratamiento. Los niños que están en campamento también son extremadamente vulnerables porque están sudando y están corriendo. Hay medicamentos que uno toma que pueden exponerse aún más al riesgo. Las personas que tienen menos ingresos y más marginadas en términos de su capacidad de tener un aire acondicionado, tener abanico, están más expuestas”, explicó la meteoróloga.

Por su parte, Carlos Díaz Veléz, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, informó que en las oficinas médicas y sala de emergencias están experimentando un incremento de casos de agotamiento de calor en las pasadas semanas.

“He visto personas que han exacerbado sus condiciones cardiacas por la cuestión del calor. Se ha manifestado no un número extraordinario, pero sí en las oficinas de los médicos y en los salones de emergencias”, dijo Díaz Vélez.

Desde agosto del 2023 hasta mayo del 2024, el Departamento de Salud registró 316 alertas sobre enfermedades relacionadas con el calor o la luz, según un informe del Sistema de Vigilancia Sindrómica.

El médico señaló que el perfil de personas que son tratados por el agotamiento de calor son pacientes con condiciones cardiacas y neurológicas. “La parte cardiaca se ha exacerbado mucho y la parte también neurológica. Estos calores lo que han hecho es deshidratar. Las personas no están acostumbradas a pensar que está deshidratado. Van a tomar algo y cuando ya tienes sed estás deshidratado”, dijo.

“Lo que hemos visto ha sido de la mayor edad, están más sedentarios, personas con pobre o poca movilidad y personas que se quedan en las casas”, añadió.

También señaló que la mayoría de los casos ocurren en zonas metropolitanas como San Juan, las áreas de Caguas y Ponce y el este de Puerto Rico. “Hay mucho cemento y mucho caliente, que adicional a la temperatura por la misma congregación de humo de carros de auto”, dijo Díaz Vélez.

Posibles soluciones

Para mitigar el efecto isla de calor urbana, Méndez Lázaro propuso “la reforestación, la identificación de comunidades vulnerables y entrenamiento y capacitación a los médicos, enfermeros y proveedores de salud para identificar cuando están sufriendo episodios de calor extremo”.

Igualmente, dijo que, hasta el momento, está satisfecho con el progreso que instituciones gubernamentales han tenido en mitigar el problema de calor extremo en la isla.

“Tengo que sentirme bastante satisfecho con el trabajo que se ha hecho. Si hubiésemos hecho esta entrevista hace cinco años, prácticamente no hubiésemos tenido nada. Se están haciendo talleres de ‘awareness’, se están desarrollando protocolos, se están identificando estrategias y acciones con el comité de expertos, asesores a cambio climático”, añadió Méndez Lázaro.

En tanto, Monzón enfatizó la importancia de que los diferentes sectores de la sociedad tienen la responsabilidad de implementar los cambios para mitigar con el calor extremo.

“Tú tienes que tener la participación ciudadana…tanto las necesidades, los problemas y las otras soluciones tienen que venir de la comunidad. No pueden ser impuestas”, dijo Monzón.

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