Arte barroco hecho ave

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Por Miguel A. Acevedo y Luis J. Villanueva-Rivera endi.com “Como de una pintura barroca”, así describen muchos pajareros a nuestra Reinamora (Spindalis portoricensis) por su bella combinación de colores que incluyen verde olivo, anaranjado y algunas pinceladas blancas y negras. Esta misma combinación de colores es lo que hace a la Reinamora una de las aves más vistosas de Puerto Rico y el Caribe. El género Spindalis, al cual pertenece nuestra Reinamora, es único del Caribe. Mas aún, el caso de la Reinamora es muy parecido al de la Calandria, pues antes se creía que era una sola especie para la mayor parte del Caribe. En 1997, científicos de Estados Unidos, Jamaica y Cuba estudiaron el tamaño de las alas y patas, el peso y las vocalizaciones de esta ave. Al analizar los datos, encontraron que no era una sola especie, sino cuatro, cada una endémica a su isla. La Reinamora es bastante común en todo tipo de bosque. También es muy común en pequeños parchos forestados en sitios urbanos. Acostumbra a pasearse por las copas de los árboles en busca de alimento mientras produce un canto muy llamativo pero a la vez muy agudo. Este canto, compuesto por una serie de trinos puede llegar a ser tan agudo (6,000 - 10,000 Hz) que algunas personas se les hace difícil escucharlo. Esta especie es frugívora (se alimenta casi exclusivamente de frutas) aunque también complementa su dieta con algunos insectos. Sus manjares favoritos incluyen higos, zarzamoras, pomarrosas, parchas y yagrumo. Debido a su consumo alto de frutas, nuestra Reinamora es una excelente dispersora de semillas. ¿Qué significa ser dispersor de semillas? Como las plantas no se mueven, utilizan métodos alternos para dispersar sus semillas. Algunas semillas tienen modificaciones para volar, como lo es la semilla del algodón. Otras tienen pequeños pelos que se adhieren a la piel o el pelaje de animales, como los cadillos, y así pueden viajar largas distancias. Sin embargo, una gran diversidad de especies de plantas (sobre todo en los trópicos) producen frutas suculentas que atraen aves y otros animales para que estos se las coman y luego, al defecar en otro lado, dispersan las semillas lejos de la planta. El paso de las semillas por el tracto intestinal de las aves en varias especies es requisito para la semilla para germinar. Luego de saber el rol de la Reinamora en la dispersión de semillas, no tan solo podemos concluir que esta especie es muy importante para mantener la dinámica de los bosques de nuestra Isla, sino también la importancia que tienen los árboles frutales para mantener nuestra ave endémica. Por eso recomendamos la siembra de árboles frutales en los sitios urbanos para atraer a la Reinamora y otras aves frugívoras. De esta manera, esta obra de arte barroca hecha ave nos deleitará en nuestros jardines y patios con sus vistosos colores y su hermoso trino. Los autores son biólogos y coordinadores del programa Ebird de Puerto Rico.