Asediada la flora y la fauna

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Por Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com El Nuevo Día Ese anfibio emblemático que es sinónimo de patriotismo porque pronunciar su nombre de dos sílabas (co-quí) equivale a decir Puerto Rico es, en la actualidad, una de las especies más amenazadas por los constantes daños a su ecosistema. Al otro extremo está el Jui, un pariente del bravo pitirre, que, por poco, llega a las listas de aves endémicas en peligro de extinción. Las aves -en términos generales- se han beneficiado por el aumento en bosques. De un 6% de bosque que teníamos en la década 1960, ahora hay 57%. “Hemos ganado algunas especies que antes eran raras y que han expandido su rango a otras regiones de la Isla y ahora son más comunes. Por ejemplo, dos especies de colibríes: zumbador crestado y zumbador de pecho azul”, dijo el botánico y ecólogo Tomás Carlo. La flora también se ha beneficiado de ese proceso de reforestación accidental ya que es producto del abandono de la agricultura. Esto da una idea de cómo está la flora y fauna del País. En síntesis, viven asediadas por las acciones del ser humano que perturban su hábitat. “Flora y fauna nativa están en estado delicado principalmente por la pérdida de hábitat silvestre para asegurar que haya poblaciones que puedan sostenerse, regenerarse, reproducirse y perpetuarse”, dijo el curador del herbario del Jardín Botánico, Eugenio Santiago. “La destrucción o pérdida de hábitat es el problema principal que ha ido incrementándose por varias razones, principalmente por la expansión urbana que ha habido en Puerto Rico. No es que las construcciones sean negativas, sino que dentro del área limitada del país -siendo Puerto Rico una isla- ese problema se ve con más destaque. Además, las prácticas de manejo de terreno son fatales”, sentenció el también profesor de botánica de la Universidad de Puerto Rico. Ante esto, la Naturaleza no ha tenido otra salida que adaptarse, dijo Carlo, profesor en el Departamento de Biología en Penn State. “La naturaleza es nuestra madre y nosotros creamos actividades que favorecen a unas (especies) y perjudican a otras. Lo que pasa con Puerto Rico es que es una isla muy perturbada en actividades humanas”. La flora es la que lleva la peor parte “por el problema de percepción y de educación”, dijo Santiago. “Las especies listadas en peligro de extinción sobrepasan en número la cantidad de animales que están en esa lista. Así como nos ocupamos de los animales también debemos saber que hay una gran especie de flora que debemos incluir en nuestra agenda”. “Se ha estimado que aproximadamente el 20% de la flora en general podría estar seriamente amenazada. Hay especies con distribuciones muy limitadas, lo que implica una mayor exposición a desaparecer”, agregó Santiago. Respecto a la fauna, “donde más problemas tenemos es con los anfibios, con los coquíes. Desapareció el palmeado y el dorado. El de eneida está en peligro de extinción, pero todavía queda”, dijo Carlo. El coquí llanero -descubierto en el 2005- fue categorizado por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) como en peligro crítico de extinción. Carlo explicó que la extinción de coquíes se debe a tres factores: destrucción de hábitat, cambio climático y aparición de hongos patogénicos conocidos como “chítridos”, dijo. Por su parte, Santiago dijo que las ranas introducidas -seis especies- depredan elementos de la fauna nativa, incluyendo al coquí. Agregó que la construcción de la carretera 10 en Arecibo que cruzó el bosque Río Abajo, la falta de continuidad producto de los cambios de administración y la pérdida o reducción de personal con basta experiencia y comprometido con el ambiente impactan la flora y la fauna. “La flora y los animales no reconocen fronteras políticas. La conservación sufre cuando hay un cambio de iniciativa. No ha habido voluntad de implementar unas acciones ordenadas del uso del terreno y ya las áreas designadas para conservación no están exentas (de destrucción)”. “Con la pérdida de empleados comprometidos con el ambiente, se pierde eficiencia en la protección y en la gestión de conservación, lo que se agrava con el hecho de que históricamente el DRNA es una agencia que no es considerada para asignación de fondos”, puntualizó Santiago. El lado positivo, dijo Santiago, es que con el cierre de la base naval Rooselvelt Roads en Ceiba y la salida de la Marina estadounidense de Vieques, Puerto Rico ganó terrenos para conservación. Además, dijo que se crea conciencia sobre la conservación del ambiente al retener espacios verdes como el bosque de San Patricio, el Corredor Ecológico de San Juan, el Bosque del Pueblo y el Bosque Olimpia. Elogió las iniciativas del DRNA y del Fideicomiso de Conservación para la propagación de flora en peligro de extinción como el matabuey, el chupacayos, el palo de nuez, el palo de nigua, el higo chumbo y el cóbana. Lo mismo ha sucedido con la fauna, mediante programas de recuperación y liberación de cotorras, manatíes, palomas sabanera y tortugas marinas. “El sapo concho lleva bastantes años con un programa de recuperación y liberación”, dijo Santiago. Uno de los retos con la fauna tiene que ver con las especies exóticas -aunque hay debate sobre este tema entre biólogos y ecólogos- porque podrían competir por recursos en un hábitat. Otro desafío es cómo evitar que se extingan especies y ver qué se puede hacer con el hongo que acecha los coquíes. La ruta, según Carlo y Santiago, está delineada: añadir más áreas protegidas y conservarlas. “Para el futuro lo que tenemos que hacer es estudiar y entender los ingredientes de las historias de éxito del pasado. Identificar algunas fórmulas exitosas, es algo que no debemos descuidar. La clave para que haya un cambio es la presión que pueda hacer el público”. Lo que tenemos Flora 2,200 Número aproximado de especies Incluyendo las endémicas que son más de 200 Un 20% está en peligro de extinción (La mitad con algún grado de amenaza) Fauna 19 Anfibios endémicos 7 están amenazados 3 extintos (coquíes) 56 Especies de reptiles nativas 10 amenazadas No incluye las cuatro de tortugas marinas, con las cuales serían 14 1 extinta (el Anolis roosevelti) 13 Especies nativas de murciélagos (mamíferos voladores) 1 endémica 3 extintas