Boricua ejerce la medicina austera alrededor del mundo

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Por: 

J. Miguel Santiago Colón

La boricua Isabel Algaze González tiene una de las especialidades más particulares en la medicina: está lista para emergencias que ocurren cuando se está menos preparado.

Este nicho es conocido como “medicina austera” o “emergenciología”, y se aplica durante eventos de suma urgencia y con gran escasez de recursos, algo que la puertorriqueña aprendió por su intuición de explorar.

“Básicamente, es saber dar servicios de emergencia sin los recursos necesarios. No tiene que ser solamente en la jungla o afuera, sino en otros tipos de situaciones, como un desastre”, explicó la joven, de 33 años, en una entrevista telefónica con El Nuevo Día desde California.

Esta especialidad implica conocer técnicas para trabajar sin tener todos los recursos que usualmente un doctor tiene a su disposición en un hospital. Por ejemplo, explicó, uno de los recursos útiles para controlar un sangrado, de no tener remedio, es el tampón.

Este y otros artículos poco tradicionales pueden resultar efectivos durante una situación precaria.

Algaze González es profesora en la Universidad de California en Irvine, donde enseña la disciplina. Además, ha prestado sus servicios como médica en eventos deportivos y también ayudó en el proceso de recuperación después del terremoto que ocurrió en Haití en enero de 2010.

Esta inusual profesión le ha abierto puertas y oportunidades en distintas partes del mundo, pues además de contar con sus méritos académicos, el conocimiento de la boricua es requerido para muchas de las expediciones que la prestigiosa revista “National Geographic” realiza para financiar sus proyectos.

Esta colaboración, aseguró, le ha permitido viajar en más de 25 ocasiones durante la pasada década.

“Son viajes turísticos. Es una manera de conseguir el dinero para financiar los proyectos que tienen los expertos de National Geographic en los diferentes sitios en donde ellos van a visitar. Yo tengo a cargo todas las personas en la expedición que están pagando”, explicó la profesora.

De Puerto Rico al mundo

Algaze González comenzó a tomar interés por estos métodos de sobrevivencia cuando estudiaba biología en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras. La joven, contó, se dedicaba a pasar todos sus fines de semana explorando distintos lugares de la isla.

“Estuve bien cerca de terminar siendo ecóloga. La mayoría de mis primeras experiencias que hice en universidad fue con la ecología y eso me encantaba. No hay esquina en Puerto Rico que no haya visto, porque a eso me dedicaba”, explicó.

Luego de su bachillerato, estudió medicina en el Recinto de Ciencias Médicas. Durante ese tiempo, entre veranos, completó estudios en escuelas de Estados Unidos bajo programas de minorías que le subsidiaban su estadía y otros gastos.

“Yo busqué muchas oportunidades fuera de Puerto Rico porque en cuestiones de investigar en Puerto Rico, es bastante limitado. Todos mis veranos me iba a diferentes escuelas de Estados Unidos donde tenían programas de minoría porque yo no tenía el dinero para hacer eso”, narró.

Tras culminar su grado de medicina en Puerto Rico, fue becada por la Universidad de Harvard para mejorar sus técnicas en emergenciología.

Al ser abordada sobre su experiencia en una institución tan prestigiosa, Algaze González admitió que sintió algo de temor al inicio, pero la emoción no perduró mucho, pues encontró que aquí en la isla aprendió lo mismo que sus compañeros.

“A mí me entrenaron igual de bien que cualquier persona de allá. La única diferencia son los recursos. Allí hay más oportunidades para hacer las cosas que quieres hacer. En Puerto Rico es más cuesta arriba”, añadió.

Fue allí donde logró conectar con “National Geographic” que, según ella, “ni en mis sueños más descabellados pensé que trabajaría”. “Para ese momento, estaba en Harvard terminando de estudiar algo que no mucha gente estudiaba. Un doctor de medicina global me contacta y me dice: ‘Mira, tengo esto, ¿quieres trabajar?’, y yo obviamente brinqué, me monté en el tren y todavía sigo montada en él”, detalló con entusiasmo.

Contar los lugares que ha visitado se le hace difícil, pues son tantos que no sabe cómo contestar. “Ya voy por dos pasaportes. Tuve que abrir otro hace poco. Han sido más de 25 países”, culmina en tono reflexivo, pensando en todos los lugares que ha tocado tierra.

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