Boricua entrena la próxima generación de asistentes virtuales

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(Especial para El Nuevo Día / Ricky Reyes)

La tecnología que le permite a Sophia, el robot más avanzado y parecido al ser humano, sostener conversaciones casi filosóficas con personas de carne y hueso es la misma que empodera al Google Assistant a buscar en internet respuestas sencillas a las preguntas de los consumidores.

Pero cuando las dudas o las tareas se complican, los asistentes virtuales más conocidos, como Alexa de Amazon, Siri de Apple y Bixby de Samsung, en muchas ocasiones carecen del conocimiento especializado que exigen los consumidores.

“Una cosa es que uno de estos asistentes te escuche y busque resultados en Google de cómo construir una silla y simplemente te lea un párrafo del artículo que más lee la gente que tuvo la misma duda que tú, y otra cosa es que los lea por ti y te guíe en el proceso de construirla. A eso es que necesitamos llevar la tecnología, realmente”, afirmó el especialista en inteligencia artificial y redes neurales, el puertorriqueño Pedro Colón Hernández.

En particular, “si lo haces desde tu teléfono, lo más probable es que uno de estos asistentes te dé una lista de resultados de la web, algo que es más inútil aún que el parrafito que leyó de Wikipedia”, añadió el sanjuanero quien, luego de graduarse del Departamento de Ingeniería en Computadora del Recinto Universitario Mayagüez, se trasladó al Media Lab del Massachussets Institute of Technology (MIT) a entrenar a los algoritmos de inteligencia artificial.

Entrenar, en términos de inteligencia artificial, es bombardear un algoritmo de búsqueda como Google con un sinfín de ejemplos. Si la máquina necesita aprender qué es un perro, Colón Hernández le mostraría miles de imágenes de diferentes razas de perros y la expondría a las ondas que generan cada una al aullar.

Si los programadores como él logran suplirle suficiente información básica a una computadora para crear una especie de sentido común artificial, Colón Hernández cree que luego se les puede enseñar a generar conocimiento altamente especializado.

“Si le enseñamos, por ejemplo, las figuras básicas, luego podemos suplirle instrucciones generales de cómo armar una silla y entenderá que la silla es básicamente un cuadrado (posadera) que se estabiliza sobre cuatro cilindros (patas)”, explicó generalmente sobre su tesis doctoral.

En términos prácticos, su plan es tomar todas las bases de datos que otros investigadores han desarrollado y enseñarles a los asistentes virtuales a filtrar y adaptar ese conocimiento a situaciones bien específicas y relevantes al público en general, como planificar un viaje de Boston a Nueva York sin tocar una pantalla.

En ese caso, “el sentido común (de la máquina), por ejemplo, es que el avión, el autobús y el carro son métodos de transportación y que Boston y Nueva York son ciudades, pero cuando lo contextualizas, te das cuenta de que el bus es la forma más barata de llegar… Airbnb puede ser más barato que quedarme en un hotel… y una vez que estoy allí, hay muchas cosasque quiero hacer”, abundó Colón Hernández, quien admitió que cada una de estas decisiones es uno de los enormes retos que enfrentará al moldear la materia gris de diferentes asistentes virtuales.

De la mano de la tecnología 5G, en los próximos 10 años, los asistentes inteligentes podrían escuchar e interpretar mejor la voz humana, buscar y depurar información más rápido y efectivamente en internet, además de responderle al usuario en un lenguaje y acento casi indistinguible al suyo, sugirió el puertorriqueño, aludiendo a la suave voz de Scarlett Johansson que le dio vida al asistente virtual que enamoró a muchos en la película “Her”.

Aunque reconoce que la tarea no es fácil, ya que hay miles de maneras en que la información se puede malinterpretar, corromper o falsificar en internet, también afirma que el potencial económico que aguarda al que lo logre es casi infinito.

Pero ese salto cuántico en tecnología necesita que más latinos se involucren en el esfuerzo, dijo. Un reporte del 2017 de la consultora global en tecnología Accenture estimó que si la inteligencia artificial fuera integrada a las cinco economías más grandes de Suramérica – Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, que juntas generan casi el 85% del GDP de la región –, podrían añadir 1% a su crecimiento económico anual.

Junto a su equipo de investigación compuesto por un mexicano, un salvadoreño y una argentina, el boricua reunió en el MIT Media Lab a casi un centenar de tecnólogos y expertos en política pública de distintas partes de Latinoamérica esta semana.

“Todas estas tecnologías son súper útiles, pero también tienen sus consecuencias éticas, pero no nos estamos haciendo estas preguntas en América Latina”, dijo Colón Hernández sobre las discusiones que tuvieron en el AI Latin American Summit y espera que catalicen otras ahora que los invitados vuelven a sus países de origen.

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