Busca la AEE nuevas alternativas para sustituir el gasoducto

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com El Nuevo Día En una nueva señal de que el gasoducto tiene sus días contados, el presidente de la Junta de Gobierno de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), José Ortiz, confirmó anoche que el gobernador Luis Fortuño instruyó a la gerencia de la corporación pública a buscar opciones más rápidas y baratas para introducir gas natural a Puerto Rico. Ortiz indicó que la opción preferida para cumplir con la directriz de Fortuño es el establecimiento de barcazas que suplan el combustible a las termoeléctricas de la AEE. Los directivos de la entidad Casa Pueblo de Adjuntas, Alexis Massol González y Arturo Massol Deyá, quienes han liderado la oposición comunitaria al gasoducto, expresaron que esta movida gubernamental encarrila al País en la dirección correcta, pero no soluciona la dependencia energética de los combustibles fósiles. “Cancelar el gasoducto es la ruta correcta. Optar por otras alternativas es el camino, pero que sepan que esta vez tendrá que ser de manera transparente, pública, en armonía con el ambiente y que cuente con el aval del pueblo”, sentenció Massol Deyá. Las termoeléctricas que se suplirían por barcazas serían Palo Seco, San Juan, Aguirre y Mayagüez. Estas últimas dos no forman parte del propuesto gasoducto de 92 millas. En el caso de San Juan, el gas natural llegaría a través de un pequeño gasoducto que se construiría entre esa central y Palo Seco. Ortiz no precisó cuánto mediría ese gasoducto, pero explicó que se construiría utilizando la servidumbre de tuberías de petróleo ya existente entre ambas centrales. En el caso de Cambalache, que sí forma parte del propuesto gasoducto, Ortiz explicó que no estaría conectada a barcazas porque es una termoeléctrica “pequeña e ineficiente”. “El gobernador nos instruyó a buscar la manera más rápida y barata para introducir el gas natural de manera extensiva, o sea, que coja las centrales de sur y norte. El gas natural tiene que ser el corazón de nuestra generación energética junto con un crecimiento de la energía renovable”, dijo Ortiz. En unas breves declaraciones enviadas a este diario, Fortuño esbozó que “no importa” por dónde o cómo se distribuya el gas natural, ya que su prioridad es hacerlo llegar a las centrales de la AEE para reducir el costo energético. “Si encuentran maneras más costo-eficientes y seguras de hacerlo, que lo hagan. Lo importante es cortar con la dependencia del petróleo, que es más caro y sucio que el gas natural”, expresó el mandatario. Ortiz, entretanto, afirmó que la meta de la AEE es que para el 2014, los abonados de la corporación pública experimenten, como poco, una reducción de 30% en su factura mensual de luz. Esa “baja dramática”, como la describió, responderá a que el sistema eléctrico dependería en un 70% de la generación con gas natural. Aunque no detalló, Ortiz sostuvo que las barcazas costarán menos que los $800 millones estimados del gasoducto. Para sustentarse, contó que, en el caso de Palo Seco, se construirían unas tuberías utilizando una servidumbre ya existente de 30 pies a dos millas mar adentro. Esas tuberías, que son de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, descargan al mar los desperdicios de las plantas de tratamiento de Bayamón, Puerto Nuevo y Bacardí. Ortiz planteó que, por tratarse de áreas previamente impactadas, la permisología de las barcazas será más rápida que la del gasoducto. “Las barcazas ya están hechas. Lo que hay que hacer son las boyas y eso es rápido”, dijo. Por qué son mejores Las barcazas serían una mejor opción para traer gas natural de forma rápida y barata a la Isla por lo siguiente: Se construirían en servidumbres ya impactadas ambientalmente. Lo anterior haría que el proceso de permisos, tanto a nivel estatal como federal, fuera más ágil. Las alternativas de suministro de gas son cada vez más eficientes porque se han descubierto nuevos abastos. La construcción de boyas es más fácil que la de un gasoducto. Fuente: Ing. José Ortiz