'Casa' segura al llanero

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Por Camile Roldán Soto / end.croldan@elnuevodia.com endi.com Unas 1,567 cuerdas de humedal en Toa Baja fueron clasificadas hábitat del coquí llanero, parte de una familia de anfibios característicos de la fauna nacional y que se encuentra en peligro crítico de extinción. El anuncio fue hecho por el secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Javier Vélez Arocho, quien explicó que la designación prohíbe todo tipo de construcción en la zona durante los próximos cinco años, salvo en un predio de 240 cuerdas. Los terrenos donde habita el anfibio ocupan parte de la antigua base naval de Sabana Seca y son propiedad de la Marina de Guerra de Estados Unidos y la Autoridad de Tierras. Forest City, empresa contratada por la Marina para mantener y vender los terrenos a desarrolladores intentó que se modificara la zona protegida para permitir más construcciones, pero eso, según Vélez Arocho, “no se va a poder”. La protección de los terrenos es fundamental para permitir a la agencia llevar a cabo esfuerzos para preservar la especie, que no ha sido identificada en ningún otro sitio de la Isla. Movida bien estudiada Vélez Arocho precisó que la clasificación no se concedió a la ligera, sino luego que un panel técnico de la agencia evaluó las objeciones y realizó estudios de impacto ambiental y social. Éstos concluyeron que sólo al delimitar el área puede evitarse la pérdida del coquí llanero. En el período de cinco años, el DRNA tiene que elaborar y poner en marcha un plan de trabajo para recuperar la diminuta ranita descubierta en el 2005 por el biólogo Nefatalí Ríos. Si al cumplirse el plazo otorgado los esfuerzos no han logrado su objetivo, se supone que el área, un rico ecosistema de humedal herbáceo muy raro en la Isla, se mantenga protegida. “No se trata sólo de listar la especie, sino de hacer algo un poquito más allá, que es proteger su casa, donde vive, donde se alimenta”, señaló Ríos, quien estimó que existen entre 70,000 a 180,000 ejemplares de la ranita. El biólogo destacó la importancia de la designación para evitar que el coquí llanero corra la misma suerte que las especies “Eneida” y “Dorado”, que se presume han desaparecido. Incluyéndolas, en Puerto Rico se han contabilizado 17 especies de coquí.