Con esperanza las especies en peligro de extinción

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Verónica B. Fonseca García
La secretaria del DNRA, Carmen R. Guerrero Pérez, entrevista al sapo concho durante el simposio el 22 de noviembre. Verónica B. Fonseca García

Mientras continúa el crecimiento poblacional y el desarrollo humano, son más las especies endémicas que sufren la pérdida de sus hábitats y la capacidad de reproducirse. Esta fue la discusión entablada en el simposio celebrado por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DNRA) el 21 y 22 de noviembre de 2013.

“Es necesario cambiar el modelo económico que se fundamenta en la depredación de los recursos naturales y la destrucción de la biodiversidad y reemplazarlo por uno que se fundamente en hacer lo contrario”, indicó Rafael Joglar, profesor de biología de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras durante su ponencia.

La actividad “Las Especies Amenazadas y en Peligro de Extinción en Puerto Rico” tuvo como propósito concientizar a la comunidad sobre las especies en peligro de extinción como la cotorra puertorriqueña, el coquí, el manatí y la iguana de Isla de Mona. Asimismo, como parte de las ponencias, los conferenciantes hablaron sobre los programas que han creado para mantener vivas las especies y exhortaron a la comunidad a contribuir y a educarse sobre estos temas.

Según indicó Gustavo Olivieri, coordinador del proyecto de reintroducción de la cotorra puertorriqueña (Amazona vittata) en el estado silvestre, de no haber comenzado un programa para proteger la especie, esta ave ya no existiría. Para el 1975 se estimó que solo 13 cotorras sobrevivían en estado silvestre. Gracias a esta iniciativa han logrado monitorear casi 400 individuos en El Yunque.

“Toda la especie se concentraba en El Yunque, si ocurría un desastre natural o un brote de enfermedad, la especie se podía extinguir”, puntualizó.

En la actualidad, las aves en cautiverio se han liberado en el Bosque Estatal Río Abajo con el fin de expandir la producción de la especie. Olivieri indicó que esta iniciativa ha mostrado mucho éxito, ya que recientemente se documentó el primer nido natural creado por unas cotorras en estado silvestre. El coordinador informó, además, que próximamente se comenzará a liberar otras aves en el Bosque Estatal de Maricao para convertirlo en la tercera población de cotorras puertorriqueñas.

Tardía la protección gubernamental para las especies en peligro de extinción

Por su parte, Nilda Jiménez, coordinadora del Programa de Rescate de Mamíferos Marinos del DRNA, explicó durante su conferencia que es necesario orientar a la comunidad para que formen parte de las iniciativas para la protección de estas especies en peligro.

“Cuando apareció Moises, el manatí, Tony Croato hizo una canción y hubo mucha publicidad sobre qué era la especie. Gracias a ese momento conocemos que existe el manatí en la Isla. Es mucho lo que se ha dado en Puerto Rico pero hay mucho que tenemos que hacer”, aseguró.

Aunque existen grupos dedicados a orientar a los ciudadanos sobre los cuidados de la especie, este año se han reportado 13 muertes de manatíes, para un total de 68 muertes desde el 2006. Según la coordinadora, muchas de estas muertes fueron de crías que se alejaron de sus madres y debido a la contaminación por causa de la actividad costera.

Actualmente existen leyes para la conservación del manatí, como la ley federal de Protección a Mamíferos Marinos de 1972. Sin embargo, Jiménez aseveró que todo depende de la ciudadanía y que las personas que presencien el impacto de un bote a un manatí se lo informen a las autoridades.  

Por otro lado, Joglar denunció la poca ayuda del gobierno hacia las especies en peligro de extinción. Según el biólogo, las agencias federales deciden proteger las especies “luego de que se extingan”. Utilizó como ejemplo tres especies de coquíes que luego de haberse extinguido, las convirtieron en especies en peligro de extinción. En la actualidad hay cuatro especies de coquíes en peligro de extinción y tres de ellas ya no existen.

“La protección de estas especies ha sido muy lenta, poco efectiva. Hubo que demandar y tomar otras acciones para lograr algunos resultados. Siempre hablo del caso del Gasoducto, que si hubiera sido construido, hubiera destruido muchas especies de coquíes”, certificó.

Según el profesor, en Puerto Rico hay una crisis ambiental “más severa de lo que se cree”. La disminución de la población de coquíes puede demostrar indicios de problemas climáticos y la contaminación ambiental, ya que los anfibios son reconocidos por ser bioindicadores.

Al final de su presentación, el biólogo dijo que es necesario que la comunidad académica y las agencias gubernamentales traigan a la mesa discusiones como la sobrepoblación humana en la Isla y otras posibles iniciativas para mantener las especies en peligro de extinción protegidas.

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