El Niño y la temporada de huracanes

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Por: 

Gerardo E. Alvarado León
Este año se espera que El Niño sea de moderado a fuerte. (NOAA)

La teoría es simple: si hay fenómeno de El Niño en el océano Pacífico, la temporada de huracanes en el océano Atlántico será tranquila o por debajo de lo normal.

Aunque se origina al otro lado del mundo, El Niño -que no es otra que el calentamiento atípico o sobre lo normal de las aguas superficiales del Pacífico- altera la circulación global de la atmósfera, explicó el meteorólogo Félix Castro, delServicio Nacional de Meteorología (SNM).

“Al tener aguas más calientes en el Pacífico, especialmente en la costa este -cerca de Perú y Ecuador-, se forman más áreas de nubosidad, aguaceros y tronadas; los vientos en la atmósfera cambian de dirección y si cambian en esa área, cambian alrededor del planeta. El Niño modifica los patrones atmosféricos del planeta completo”, indicó Castro.

¿Cómo se explican los efectos en el Atlántico y la temporada de huracanes?, preguntó El Nuevo Día.

Castro respondió que cuando existe El Niño, los vientos en la atmósfera en el Atlántico se tornan del oeste en la ruta de los ciclones tropicales (tormentas y huracanes), que suelen venir del este. “Esos son los famosos vientos cortantes, que son vientos bien fuertes del oeste, que limitan el desarrollo de los sistemas. Las ondas tropicales, incluso, no son tan fuertes, pues tienen que luchar con condiciones desfavorables”, dijo.

 

 

Otro efecto de El Niño en el Atlántico es el enfriamiento de las aguas. “Las altas presiones se ponen más fuertes, lo que produce más viento en la superficie. Si el viento está todo el tiempo soplando, desparece el agua caliente que está en la superficie y es reemplazada por el agua fría de la profundidad”, señaló Castro, al destacar que el agua caliente -80 grados Fahrenheit o más- es “el combustible” que necesitan los ciclones para desarrollarse.

Este año, expuso Castro, se espera que El Niño sea “de moderado a fuerte”. Aclaró, de inmediato, que eso no significa que no se desarrollarán sistemas en el Atlántico. 

De hecho, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) pronosticó  una temporada por debajo de lo normal, con la formación de entre siete y 11 tormentas tropicales, de las cuales entre tres y seis se convertirán en huracanes, y de esos hasta dos serían huracanes intensos (categoría 3 o más; vientos de más de 115 millas por hora). 

Una temporada normal contempla la formación -en promedio- de 12 tormentas tropicales, seis huracanes y tres huracanes intensos.

“Si nos vamos a los números más altos del pronóstico de la NOAA para este año, estaríamos bien cerca de lo normal. Por eso es que siempre le decimos a la ciudadanía que los números no son importantes; basta con que llegue un solo sistema para que la temporada sea activa”, concluyó Castro.

 

 

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