Esfuerzo para salvar un arrecife en Rincón

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Por Gladys Nieves Ramírez / gnieves@elnuevodia.com endi.com RINCÓN – Varias veces en semana el pescador rincoeño Edwin “Pauco” Font sale en su embarcación “Mi Familia” junto al estudiante de biología marina, Wess Merten, y un grupo de voluntarios de la comunidad a rastrear el mar. Pero en vez de atrapar peces, el grupo va en busca de basura. Las salidas forman parte de un esfuerzo comunitario por salvar los arrecifes de coral de la reserva marina Tres Palmas que están siendo amenazados por desechos como gomas, ropa, soga, alambre, madera y botellas plásticas. Annette Blasini, una de las voluntarias, subrayó que en la reserva abunda el arrecife de coral Acropora palmata, conocido como Cuerno de Alce, mejor conservado en el Caribe. Esa especie está en peligro de extinción. Es la segunda vez que miembros de la Fundación Surfrider de Rincón, pescadores comerciales, residentes y la Administración Nacional de Oceonografía y Atmósfera (NOAA) se unen para ayudar a preservar este arrecife. Durante el primer proyecto, realizado en el verano del 2007 y subsidiado por una aportación de $30,000 de NOAA, el grupo extrajo unas 250 gomas, decenas de pedazos de madera, ropa y otros desechos, indicó Merten, estudiante de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez y quien dirige este esfuerzo. Desde que comenzó la segunda fase hace dos meses, el grupo ha recogido 77 gomas, algunos motores de vehículos, ropa, plástico y soga, entre otras cosas, dijo Merten. Destacó que cuando iniciaron el proyecto tomaron fotografías del estado en que se encontraban algunos corales cubiertos de basura. Dos meses más tarde, pudieron documentar cómo se habían rehabilitado tras la limpieza. “La basura marina amenaza al arrecife de coral porque lo debilita, lo sofoca y no permite que la luz solar le llegue para que pueda nutrirse”, explicó. Agregó que encontraron tres áreas de la reserva cubiertas de madera -que creen proviene de yolas abandonadas-, siete áreas cubiertas de cables, otra de plástico y muchas botellas plásticas, así como ropa. Además de la limpieza de la reserva y las playas aledañas, el proyecto también tiene un componente educativo. Por esta razón, el grupo sólo sale al mar cuando puede incluir a voluntarios de la comunidad. Hasta el momento unas 67 personas han ofrecido su tiempo y esfuerzo para colaborar con el proyecto, apuntó Merten. “Eso es importante porque en esta área ha habido ausencia de educación sobre la importancia de preservar los corales. Hay mucha basura marina y tenemos que unirnos en toda la Isla para resolver el problema. Este proyecto empezó a nivel local, pero nuestra intención es que tenga un impacto nacional”, expresó el joven. Annette Blasini, una de las voluntarias, dijo que en enero estarán en la escuela intermedia Jorge Seda Crespo, de Rincón, para tratar de integrar a los estudiantes. Llevarán los resultados del proyecto a través de una presentación en vídeo e instarán a los alumnos a plasmar la información en proyectos de arte que serán exhibidos en la comunidad. “La idea es usar ese arte para educar a la comunidad a través de los estudiantes”, explicó Blasini. Destacó que la reserva ha comenzado a ser reconocida a nivel mundial como un lugar de población de Acropora palmata saludable, por lo que está recibiendo visitas de científicos de diferentes países para extraer esporas con el fin de reproducir el coral en el laboratorio.