Esperanza hay: ¡piense “verde”...!

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Por Ingrid Montes, Ph.D. / Especial El Nuevo Día Quizá podemos aludir a García Lorca cuando en su poesía indica “verde, verde que te quiero verde”. También podemos identificar el color verde con la naturaleza, o para otros puede simbolizar esperanza. La química verde es precisamente eso, la esperanza en repensar todos los procesos que se llevan a cabo para mantener nuestra calidad de vida evitando la generación de desperdicios y el daño al medio ambiente. Es una filosofía que implica la prevención y no la remediación, que es lo que estamos haciendo al reciclar. Es una filosofía para no continuar con nuestro abuso y contaminación despiadada hacia el medio ambiente. Desde el siglo XIX, algunos científicos, comenzaron a predecir el efecto invernadero y el aumento global de la temperatura en la superficie terrestre. Lamentablemente, no fue hasta que ocurrieron ciertos desastres ambientales que se le dio importancia y se comenzó a considerar y a reglamentar el aspecto ambiental. A principios de los 70 se creó la Agencia de Protección Ambiental (EPA por su sigla en inglés) en los Estados Unidos y en otros países se establecen leyes que reglamentan el daño al ambiente y la salud del ser humano. Ya para la década de los años 80 se crea una serie de leyes relacionadas con el medio ambiente. Estas leyes regulan áreas relacionas con la contaminación. El problema fundamental es que estas leyes se enfocan de manera general en el tratamiento y reducción de la contaminación y se conocen como leyes de “disposición y control”. Las mismas reglamentan los límites sobre la contaminación en términos de exposición y peligrosidad pero no contemplaban la eliminación de las fuentes que pueden causar la contaminación. En los años 90 comienza a surgir un movimiento de química verde. Este movimiento está basado en doce principios fundamentales y la filosofía es la de prevención, no la de remediación como había sido hasta ese momento. La química verde se basa en cómo prevenir la contaminación desde el momento en que se piensa y diseña el proceso o reacción química. Se enfoca en prevenir la generación de contaminantes para evitar el tener que disponer de ellos o evitar potenciales desastres como los antes mencionados. Actualmente escuchamos sobre edificios verdes, o vemos productos cotidianos que incluyen en su etiqueta la palabra “verde” pero probablemente no entendemos su significado real. Una construcción de edificios o de viviendas puede ser diseñada de manera tal que utilice la iluminación natural y no tenga que recurrir al uso de electricidad. También puede ser diseñada para que la ventilación sea apropiada y no haya que recurrir al uso de abanicos o acondicionadores de aire. O quizás incluir el uso de energía solar o eólica para evitar el uso de energía proveniente del petróleo. Quizás se piense que este es un concepto que solo atañe a los científicos, pero lo cierto es que hay muchas maneras en las que todos nosotros podemos ser más “verdes”. A continuación algunos consejos: Cierre la llave del agua mientras cepilla sus dientes: cuando deja el agua correr despilfarra más de cuatro galones de agua, haga esa misma práctica al fregar. Utilice transportes colectivos: los gases emitidos por un carro son los principales causantes de bronquitis, infecciones del tracto respiratorio, irritación de ojos, asma y cáncer del pulmón, entre otros. Aproveche la luz natural que nos brinda el sol y evite el uso de luces innecesarias. Apague las luces que no esté utilizando. No compre agua en botellas pequeñas, utilice un envase de metal reusable. Ahorrará dinero, evitará el uso innecesario de plásticos y la exposición a algunas sustancias químicas que se encuentran en las botellas plásticas. En estas fiestas, utilice platos, vasos y cubiertos que pueda lavar en lugar de utilizar plásticos que generarán gran cantidad de basura que irá a los vertederos y que contribuirán a la contaminación. A pesar de que los químicos y la química tiene mucho que aportar a este campo, la educación de las futuras generaciones nos corresponde a todos y es por eso que es necesario incluir la química verde como parte de nuestra vida diaria y en el currículo académico. De ahora en adelante, piense diferente... piense en maneras de minimizar el uso de objetos que terminan como desperdicios o –si los usa- considere reciclarlos. Piense en maneras de evitar el despilfarro de agua o de luz. ¡Piense "verde"! Recuerde que ese color simboliza la esperanza. Aunque sacrifiquemos un poco las comodidades, prevenir la generación de desperdicios y la contaminación es la única esperanza para salvar nuestro planeta. (La autora es presidenta del Capítulo de Puerto Rico de la Sociedad Química de los Estados Unidos y catedrática del Departamento de Química-UPR-Río Piedras.).

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