Fundamentales los humedales para el control de las inundaciones

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Gerardo E. Alvarado León

La comunidad Juana Matos, en este pueblo, es uno de los mejores ejemplos de cómo la propia ciudadanía puede rescatar un ecosistema en deterioro y beneficiarse de los servicios ambientales que ofrece.

Hace 35 años se creó aquí el Comité Pro Rescate Barriada Juana Matos, hoy conocido como Corredor del Yaguazo, una entidad que promueve la conservación mediante proyectos educativos y de investigación. Su laboratorio fue -y sigue siendo-, literalmente, el patio de las casas: la Ciénaga Las Cucharillas, un gran humedal que a duras penas sobrevivió al urbanismo y era utilizado como vertedero clandestino.

La faena inició con siembras de mangle negro, una especie capaz de formar bosques de cuenca y distintiva por sus raíces que crecen verticalmente sobresaliendo del suelo. Hoy por hoy, ese primer proyecto es un espacio “bien balanceado y adecuado”, según describió Pedro Carrión, director de Corredor del Yaguazo.

 

 

Las siembras, que tienen como propósito sustituir especies exóticas por nativas, han aumentado hasta el punto que la comunidad tiene su propio vivero, en el que se cultiva mangle negro, rojo, blanco y botón, cóbana negra, uva playera y emajaguilla, entre otras.

“Son especies que, al introducirlas al ecosistema, nos ayudan a controlar las inundaciones urbanas, uno de los principales problemas de esta comunidad. Los humedales son áreas de captación de agua y mitigación de contaminación”, aseveró Carrión.

Tan es así que, un reciente estudio de la Universidad de Puerto Rico (UPR), concluyó que, en los últimos 10 años, el Gobierno se ha ahorrado cerca de $15 millones de fondos públicos que no ha tenido que pagar por daños relacionados a inundaciones en la comunidad Juana Matos.

“Y esa es la función más importante del humedal. Las inundaciones ocurren, pero duran menos. Gracias a las restauraciones, el terreno absorbe más agua y las inundaciones fluyen más rápido”, añadió.

Carrión detalló que el 97% del lugar “está tiempo”, lo que ha contribuido a que se hayan contabilizado más de 280 especies de aves, entre ellas, la chiriría antillana o yaguazo (que le dio el nombre a la entidad). Se han detectado, además, 10 de las 13 especies de murciélagos que existen en la Isla y, más recientemente, la boa puertorriqueña. También llegan especies de aves migratorias desde Norte, Centro y Suramérica.

La Ciénaga Las Cucharillas logró su designación como reserva natural hace unos 10 años, y en 2015 la comunidad y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) firmaron un acuerdo de comanejo.

Laboratorio 

Uno de los logros más celebrados por Carrión y Gloria Ortiz, gerente de proyectos de Corredor del Yaguazo, es el establecimiento de la Estación de Aprendizaje y Laboratorio Ecológico en el humedal.

Se trata de un espacio en el que universitarios de bachillerato, maestría y doctorado, así como científicos, llevan a cabo investigaciones. Aunque los puertorriqueños son mayoría, estudiantes y científicos de Estados Unidos, Rusia y hasta Japón han pisado el laboratorio.

“Contamos con el apoyo de la academia, las agencias y la empresa privada para tomar las decisiones adecuadas para el lugar. Este es un ecosistema vivo, que requiere monitoreo diario, y ahora más que nunca con la amenaza del cambio climático”, dijo Ortiz, al resaltar que se está capacitando a niños y jóvenes de la comunidad para que asistan, por ejemplo, en los monitoreos mensuales de aves y murciélagos.

“Este es nuestro patio, y lo que queremos es inculcar conciencia desde tempranas edades. Somos una comunidad empoderada y nuestro ejemplo se puede replicar”, añadió.

Por su parte, la directora de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) en Puerto Rico y el Caribe, Carmen Guerrero, reconoció que la Ciénaga Las Cucharillas logró su protección gracias a la comunidad Juana Matos. 

Recordó que la Isla perdió el 45% de sus humedales a principios de siglo pasado, por lo que este tipo de iniciativa fue -y sigue siendo- fundamental- para la recuperación de estos ecosistemas, que ofrecen servicios económicos, recreativos y ecológicos. Entre ellos, mencionó la protección de la calidad del agua, la prevención de las inundaciones y los hábitats de peces y vida silvestre.

En el contexto del Día Mundial de los Humedales, que se celebró el pasado jueves, Guerrero dijo que los humedales siguen siendo amenazados por proyectos -industriales o agrícolas- que los drenan, rellanan o se construyen sobre ellos.

A esos efectos, informó que la EPA está actualizando el inventario de humedales usados para mitigación. “Tenemos que seguir protegiendo estos importantes recursos”, subrayó.

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