Invasores del mar

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Por Jorge Bauza-Ortega / Especial para El Nuevo Día endi.com Más de 45,000 embarcaciones de transporte marítimo y otras miles de placer cruzan los océanos anualmente y no necesariamente se llevan de regreso todo lo que traen a bordo. Estas embarcaciones necesitan mantener su estabilidad en alta mar y para esto utilizan agua del propio océano almacenada en compartimientos especiales. A este volumen de agua se le denomina como el agua de lastre. Esta se recoge en un cuerpo de agua y se desecha en otro dependiendo de la necesidad para estabilizar y balancear la embarcación. Estos cuerpos de agua pueden estar muy distantes unos de otro y pueden estar constituidos por agua de bahías, estuarios, lagos y de alta mar. En los Estados Unidos, se estima que unos 2 millones de galones de agua de lastre se descargan en los diferentes puertos cada hora. No solamente es agua la que se transporta como lastre, si no con esta también llegan unas 7,000 especies de organismos incluyendo peces, algas, crustáceos, moluscos, virus y bacterias. Cuando se descarga el agua de lastre, estas especies pueden establecerse en su nuevo territorio, convirtiéndose en especies invasoras afectando la ecología y las especies nativas del área. Generalmente, estas desplazan especies nativas al competir por espacio y alimento o las eliminan por depredación. El resultado es una disminución en la biodiversidad local. Otros medios de transporte para estas especies son los organismos incrustantes al casco de las embarcaciones. Aunque, más de un 75 % de las especies introducidas al ambiente marino en la Florida provienen del mercado de peces para acuarios tropicales, la mayoría de estos han sido liberados intencionalmente al ambiente marino. De acuerdo al Programa de Investigación de Especies Acuáticas No-Deseadas (ANSRP, por sus siglas en ingles) unas 118 especies exóticas marinas y estuarinas se han identificado en el Atlántico Sur, incluyendo Puerto Rico. Sin embargo, en Puerto Rico sólo se ha documentado la presencia de dos especies exóticas marinas, la medusa moteada Australiana (Phylloriza punctata) y el pez león del Indo-Pacífico (Pterois volitans). Existe la posibilidad de que muchas otras especies exóticas marinas se hayan establecido en nuestras aguas pero que no estén documentadas por ser muy pequeñas y de difícil identificación. No obstante, los pescadores en la Bahía de San Juan han reportado la presencia en cantidades considerables de la almeja americana (Mercenaria mercenaria); una especie nativa del Atlántico Norte. Otra especie exótica marina con alto potencial de establecerse en las costas de Puerto Rico es el mejillón verde (Perna viridis). Este molusco natural del Asia, y de unas 7 pulgadas de longitud, ha ocasionado serios problemas en las tomas de agua de enfriamiento en la plantas termoeléctricas de Florida. Estos mejillones se adhieren en grupos de hasta 1,000 individuos por pie cuadrado en el interior de las tuberías hasta que las obstruyen. En términos de salud pública, preocupa la presencia de ciertos virus y bacterias que producen enfermedades epidémicas como la cólera. La Bahía de San Juan es el segundo puerto más importante en la costa este de Estados Unidos debido al alto nivel de transporte marítimo. Por tal razón, se sospecha la entrada de muchas otras especies marinas provenientes del agua de lastre. Es importante identificar y sacar inventario de la presencia de estas especies en nuestras aguas antes de que el daño ambiental sea visible.