Investigador puertorriqueño realiza importante descubrimiento sobre el párkinson
Enviado el 4 febrero 2022 - 2:24pm
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El doctor Daniel Colón Ramos dirigió el estudio que se publicó este mes en la revista científica “Neuron”
Un estudio, dirigido por el investigador puertorriqueño Daniel Colón Ramos, realizó un importante descubrimiento dentro del laberinto científico para descifrar mejor la enfermedad de Parkinson.
El grupo, compuesto por 15 investigadores, identificó una proteína que es clave para la autofagia, proceso o mecanismo natural de regeneración celular que básicamente consiste de la eliminación de basura celular.
Los hallazgos de este estudio, publicados en la edición del pasado 21 de enero de la revista científica Neuron, informan que la proteína identificada se llama ATG-9.
“La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa donde las neuronas van muriendo y las personas (afectadas) van perdiendo las facultades motoras y se van muriendo (sus funciones)”, explicó Colón Ramos.
Estudios previos realizados en familiares de pacientes de esta condición que la desarrollan más temprano de lo usual, dijo, han encontrado un aparente vínculo genético hereditario.
Se estima que unas 25,000 personas en Puerto Rico padecen de la enfermedad de Parkinson. En Estados Unidos el estimado es de sobre un millón de casos, con unos 60,000 diagnósticos nuevos al año.
“Se ha encontrado que hay unas proteínas que regulan la actividad de la neurona, pero cuando se dañan esos genes están asociados al párkinson”, dijo el doctor Colón Ramos.
Según explicó, las neuronas están frecuentemente activas y sus maquinarias están sujetas a desgaste.
“Cuanto más activas se vuelven estas neuronas, mayor es la necesidad de degradación celular para deshacerse de los componentes celulares dañados”, indicó el profesor de Neurociencia y Biología Celular en la Escuela de Medicina de Yale y autor principal del artículo.
Según explicó, durante la autofagia, las neuronas crean organelos que son el equivalente celular de un camión de basura, estructura que aísla, transporta y luego destruye los componentes celulares dañados. Dónde y cuándo se forman estos organelos es importante, dijo, porque la recolección de los componentes celulares dañados debe programarse y coordinarse.
“Ha sido un misterio cómo las neuronas coordinan este proceso”, resaltó.
Los investigadores encontraron que a medida que estas neuronas realizan su función y transmiten información, la ATG-9 actúa como una especie de registro de actividad que, cuando aumenta la actividad de las neuronas, ayuda a alertar a las células para que produzcan más autofagia para futuras limpiezas.
“Esto ayuda a entender cómo funcionan las células. Es como descifrar el funcionamiento de un carro. Después, si te traen un carro dañado, lo puedes arreglar”, concluyó.