Investigan la percepción de la comunidad de Cataño sobre los manglares

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Dialogo Digital
Varios residentes de Cataño consideran los mangles como elementos de xógeno al entorno urbano y no favorecen la presencia de este frente a sus residencias. (Archivo/Diálogo)

Filtros de aire, barreras contra la erosión, fuentes de mal olor y refugio para actividades criminales, son algunas de los calificativos que los residentes de Cataño dan a los manglares de la zona.

Los hallazgos responden a un estudio realizado por el doctor Juan Negrón, antropólogo y profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico en Bayamón y la doctora Nancy Villanueva, con el que se buscó conocer la percepción de la comunidad de Cataño con  relación a los manglares. Para la investigación, ambos académicos realizaron observaciones y entrevistas a la comunidad de Bay View de este municipio que están en constante contacto con esta especie.

“Mediante la aplicación de técnicas etnográficas tales como observación participativa, fue posible comprender los factores socioculturares que configuran los significados que los residentes de zonas urbanas les otorgan a los recursos naturales, y en este caso en particular, al mangle. La comprensión de estos fenómenos es fundamental en el diseño de iniciativas ecológicas en contextos urbanos”, explicó el doctor Negrón.

A raíz de las entrevistas realizadas por el profesor de la UPR en Bayamón, se conoció que la percepción de la comunidad en relación a los mangles no es uniforme.

Varios residentes lo consideran como un elemento exógeno al entorno urbano y no favorecen la presencia de este frente a sus residencias. Otros residentes entrevistados, consideran el mangle como parte fundamental de sus comunidades.

Esta investigación reveló que en la construcción de los significados que los participantes le atribuyen a la naturaleza y el ambiente entran en juego valores estéticos, emocionales y de clase social. En este sentido los datos evidencian que la valoración de los recursos naturales no necesariamente se basa en poseer conocimiento ecológico científicamente “correcto” sino más bien en una particular visión de mundo.

Por su parte, la doctora Villanueva Colón llevó a cabo una evaluación del contexto geográfico del área de estudio, los cambios de origen antropogénico que han ocurrido en ese litoral en los últimos 100 años y su impacto en el área de estudio.

A este esfuerzo se unieron la doctora Concepción Rodríguez y el doctor Alex Sloan, ambos biólogos del recinto, esta vez con el objetivo de comprobar cuál es el mejor método para sembrar el mangle rojo. El grupo de biólogos determinó que el tubo de PVC es la mejor herramienta para lograrlo.

“El experimento de siembra de mangle contribuye al conocimiento en esta área de estudio y nos ayudó a conocer mejor las áreas del Parque La Esperanza”, explicó la doctora Concepción Rodríguez, quien agregó que ambas iniciativas son parte de la inserción de la Universidad con la comunidad.

Este esfuerzo forma parte de un proyecto conjunto entre el Departamento de Ciencias Sociales y el Departamento de Biología del recinto, dirigido a impactar positivamente la percepción sobre el mangle y promover su protección en estas comunidades. Ambos proyectos fueron auspiciados por Sea Grant de Mayagüez y UPR-Bayamón. Además, el recinto colaboró con el Corredor del Yaguazo Inc., organización de base comunitaria en el barrio Juana Matos de Cataño.

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