Más allá del sol y la arena (y el cliché)

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Por Mari Mari Narváez endi.com Turistas. Usted los ve llegar al aeropuerto, sus rostros iluminados como si estuvieran a punto de conocer el paraíso. Pasan sus días frente al mar, caminan por las calles de San Juan, visitan El Yunque y, una vez culminan sus vacaciones, regresan a sus países sin haber quebrado su inocencia; sin saber que dejan atrás un mundo poco idílico donde coexisten las maniobras militares, la minería, la agricultura tóxica, el desparramamiento urbano y toneladas de basura apiñadas en los lugares menos propicios. El libro 'Beyond Sun and Sand: Caribbean Environmentalisms', editado por las doctoras Sherrie Baver y Barbara Deutsch, fue pensado y creado mayormente para dos grupos de la población norteamericana: los turistas que ven el Caribe como una especie de paraíso terrenal con atracciones tales como las de un parque de diversiones; y también para la población de ambientalistas norteamericanos que aún vislumbra el ambientalismo caribeño desde una perspectiva conservacionista. En menor medida, el libro también ha sido pensado para crear la conciencia entre los ambientalistas caribeños de que el Caribe sufre situaciones muy similares en el aspecto ambiental; situaciones que podrían enfrentarse con más fortaleza y eficacia, si existiera una mayor unión de propósitos y trabajos entre las islas. Gran parte de los ensayos en 'Beyond Sun and Sand' son referentes a Puerto Rico, en parte porque tiene uno de los movimientos ambientalistas más amplios y consolidados y también por ser el país más industrializado del Caribe y, por lo mismo, el más amenazado en el plano ambiental. Los ensayos sobre Puerto Rico son: 'Historical contentions and future trends in the coastal zones: the environmental movement in Puerto Rico', de Manuel Valdés Pizzini; 'Puerto Rico: Economic and environmental overview', de Neftalí García, Tania García y Ana Rivera-Rivera; 'Ni una bomba más: Reframing the Vieques struggle', de Katherine T. McCaffrey y Sherrie Baver; y 'Environmental justice for Puerto Ricans in the northeast: A participant's observer's assessment', de Ricardo Soto-López. "Por un lado, este libro es sobre los norteños que van al Caribe y no comprenden todo lo que está envuelto en esas vacaciones", dice Sherrie Baver, una de las autoras del libro, en entrevista con LaREVISTA. "Por el otro, es también una crítica a más de 500 años de desarrollo a beneficio de norteamericanos y europeos. Todavía los recursos de muchos lugares del Caribe benefician a los norteños". El libro, sin embargo, difícilmente pueda llegarles a las masas de turistas que sugiere Baver en el primer grupo, pues utiliza un lenguaje y estilo sumamente académico, pareciendo más bien un libro dirigido a estudiosos del tema. Desde el principio, los autores de 'Beyond Sun and Sand' establecen las diversas acepciones del concepto ''desarrollo sustentable'' y critican severamente las actitudes puramente conservacionistas de las organizaciones del primer mundo en relación al tercero. "Muchas de las organizaciones norteamericanas sin fines de lucro sólo ven el Caribe en términos de preservación", indica la doctora Baver. "Nosotros no estamos en contra de la preservación, pero la preservación absurda, mecánica, no va a ayudar a la gente del Caribe. En todas partes del Caribe hay que preservar, pero también los ciudadanos necesitan tener acceso (cotidiano) a sus recursos". La experiencia de Vieques tiene un lugar prominente en 'Beyond Sun and Sand', presentándose como una situación modelo de éxito y esperanza para toda la región. Los autores del libro establecen que el Caribe de los años noventa comparte unas características ambientales comunes: deforestación, agricultura en transición, urbanización acelerada, contaminación de aire y agua y destrucción de los ecosistemas costeros. Estas características compartidas debieran utilizarse como pie forzado para lograr un trabajo más eficiente y armonioso entre sus diversos ambientalismos. Baver y Deutsch establecen que los cambios "arriba", es decir, en el mundo del poder, no serán posibles sin un empuje cohesivo y organizado desde abajo, o sea, desde las bases comunitarias. La influencia de las organizaciones no gubernamentales (ONG) ambientales del Norte (mayormente estadounidenses) que en ocasiones proveen parte del financiamiento para grupos locales se convierte también en una influencia ideológica inapropiada. "Desafortunadamente, nuestros estudios revelan que mucho de lo que pasa por participación comunitaria es poco más que cooptación", establecen las autoras en su ensayo 'The political ecology of paradise' en referencia a la participación de estas ONG del primer mundo. Puerto Rico enfrenta el caso más devastador del Caribe en términos ambientales. El desarrollo insostenible en las costas ha sido la orden de los últimos años y, según el artículo de Valdés Pizzini, estas seguirán siendo un área crítica para la controversia ambiental entre la sociedad civil, el sector privado y el Estado. "El mayor desafío para el movimiento ambiental será desarrollar y comprometerse a transformar las políticas de sustentabilidad", concluye el autor. Igualmente desoladora es la situación socioeconómica del País, lo cual tiene un impacto directo en el ambiente. El ensayo 'Puerto Rico: Economic and environmental overview' de García, García y Rivera presenta el deterioro social y económico con datos y estadísticas impresionantes. "Los niveles de pobreza infantil y deserción escolar son notables", lee el ensayo. "Un estudio efectuado bajo el auspicio del Consejo Nacional de la Raza en 1999 halló que el 58% de los niños y niñas viven en hogares cuyos ingresos los ubican bajo los índices federales de pobreza. La niñez puertorriqueña es tres veces y medio más propensa a la pobreza que la niñez de los 50 estados de Estados Unidos". Añade que uno de cada 7 adolescentes entre las edades de 16 a 19 no termina la escuela superior, lo que significa un 14% de deserción escolar. El servicio de agua potable es "muy pobre y casi inexistente en muchas comunidades de escasos recursos del área montañosa", indican los autores. Por otro lado, aproximadamente un 45% de los hogares puertorriqueños no tiene acceso a servicios apropiados de descarga de desechos sanitarios y a plantas de tratamiento. Esta situación, concentrada siempre en las comunidades más pobres, causa problemas serios de higiene y salud. Otros países caribeños cuyas realidades se estudian en el libro son Jamaica y Martinica en el renglón del turismo; Cuba y la República Dominicana en agricultura sustentable; y algunas comunidades diaspóricas del Caribe en Nueva York, Montreal y Europa. La publicación cierra con un excelente análisis y conclusión de la doctora Deutsch en el ensayo 'Toward a Creole environmentalism', ensayo que expone las similitudes de estos países y propone un ambientalismo criollo inclusivo de las diversas culturas y situaciones de esta región, creado desde el Caribe y su diáspora hacia el mundo.

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