Mejor la salud de boricuas en Nueva York

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Por Uriyoán Colón Ramos / Especial para El Nuevo Día endi.com La falta de ejercicio y la adopción de la dieta estadounidense, notoriamente alta en grasas y azúcares, son dos razones predominantes que ayudan a explicar la diferencia de las tasas de obesidad y enfermedades entre los inmigrantes en Estados Unidos y sus contrapartes que todavía viven en sus países natales. Más aún, estudios han demostrado que la obesidad tiende a aumentar según el número de años que el inmigrante lleve viviendo en EE.UU. Por tal razón uno esperaría que la obesidad sea un problema de salud más serio entre los puertorriqueños que radican en los EE.UU. que entre los que radican en la Isla. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la Revista Panamericana de Salud Pública contraria esta hipótesis. El estudio, conducido por investigadores del Albert Einstein College of Medicine, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, Tufts University y la Universidad de Puerto Rico, comparó la prevalencia de obesidad entre puertorriqueños de la Isla y los residentes en EE.UU. (Nueva York, específicamente), y encontró igual número de personas con obesidad en ambos grupos. Según los autores, la poca actividad física y el bajo consumo de frutas y vegetales entre la mayoría de los isleños, podrían ser los responsables de este fenómeno. Más de la mitad de la población puertorriqueña (55%) reportó cero actividades físicas en un mes, en comparación con sólo un 24% de la población Blanca no-Hispana en EE.UU. En cuanto a la dieta, sólo el 7% de los isleños sigue la recomendación de consumir al menos 5 raciones de frutas y vegetales al día, y la elección de alimentos carece de diversidad en variedades de frutas y cereales. Los resultados revelan mucho sobre el porvenir de la obesidad y las enfermedades en la Isla. A pesar de que los isleños tienen menos obstáculos para obtener cuidado de salud comparado con los boricuas en EE.UU., debido a menos barreras de lenguaje o más acceso a seguros médicos entre poblaciones de bajo ingreso, el cuidado primario de salud preventiva y de la diabetes entre los isleños es peor que entre los boricuas residentes en EE.UU. El estudio también reveló que en Puerto Rico se suele diagnosticar la diabetes a una edad más avanzada que en EE.UU. Esta falta de cuidado preventivo tal vez se deba a que los exámenes de diagnóstico se administran con menos frecuencia entre los asegurados por la Reforma de Salud de Puerto Rico del 1993, en comparación los que tienen seguro privado. Los autores también sugieren que esta diferencia podría estar basada en una falta de concienciación sobre el cuidado preventivo en la Isla. Los resultados del estudio son alarmantes; el problema de obesidad entre los isleños, a causa de falta de ejercicio y pobre nutrición enfatiza la necesidad de enfocar iniciativas en la Isla hacia una salud preventiva desde temprana edad.