Nacen más opciones de vida

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Por Carmen Millán Pabón / end.cmillan@elnuevodia.com endi.com “Yo sé lo que es esperar por un corazón. Es angustia, agonía, dolor de pensar que no vas a ver a los que te quieren, y que ellos van a sufrir. Pero también es esperanza en que aparezca tu corazón porque quieres vivir”. Las palabras son del pediatra Francisco “Panchi” Martin, pero igual pueden ser de las cientos de miles de personas que a través de todo el mundo necesitan algún órgano. Él esperó 39 meses con 8% de función cardiaca. Los últimos 32 días hospitalizado sospechando que “no salía de esa”. En el 2004, a Martin, quien tenía 45 años, le fue trasplantado el corazón de un joven de 27 años que falleció en un accidente de tránsito. Entre muchos puertorriqueños todavía está fresca la imagen de Laureano Cora Solís, quien posó para la portada de El Nuevo Día bailando a la salida del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe tras el primer trasplante de corazón que se realizara en la Isla en 1999. De eso han pasado casi ocho años y 92 exitosos trasplantes de corazón. En Puerto Rico, los primeros trasplantes de riñón fueron realizados en Ponce entre el 1968 y el 1972. El programa formal para el desarrollo y manejo rutinario de los pacientes trasplantados se estableció en el Hospital de Veteranos en el 1977. En el 1983, se trasladó al Hospital Auxilio Mutuo. Ahora, tras la primera cirugía de trasplante de páncreas y riñón que se realizó hace exactamente una semana en el Hospital Auxilio Mutuo, se abre un nuevo capítulo en la historia de la medicina local. El próximo verano se espera que inicie -también en el Hospital Auxilio Mutuo- el primer programa de trasplante de hígado. Con ésto, ¿existen posibilidades para que Puerto Rico se convierta en un importante centro de cirugías de trasplantes?, preguntó El Nuevo Día Domingo. “La respuesta es un resonante sí”, dijo Eduardo Santiago Delpín, director del Centro de Trasplantes del Hospital Auxilio Mutuo, programa que en los pasados 30 años ha realizado 1,346 trasplantes, y que además conforma un consorcio de investigaciones con la Universidad de Puerto Rico. José Isado, director médico del Hospital Auxilio Mutuo, tiró al suelo “la teoría pesimista” sobre el éxodo del talento boricua asegurando que en estos momentos hay, al menos, siete médicos puertorriqueños que, aunque laboran en las mejores instituciones estadounidenses, hacen trámites por regresar a la Isla para trabajar en los distintos programas de trasplantes y de oncología. Uno de ellos está especializado en trasplantes de páncreas, riñón e hígado, y actualmente se subespecializa en casos pediátricos. Otro, es un especialista en trasplante de páncreas que actualmente ejerce en Minessota. “No tengo dudas de que con ésto el Hospital Auxilio Mutuo se convierta en el centro de trasplantes más importante de Puerto Rico y el Caribe, después del Centro Cardiovascular”, sostuvo. Diego Solís, director médico del Programa de trasplante de páncreas y cirugía de hígado del Auxilio Mutuo, fue uno de los médicos que regresó a la Isla para quedarse. “Las motivaciones de trabajar aquí son distintas. Tenemos calor humano y la forma de practicar la medicina es distinta. Aquí establecemos una relación personal con el paciente y su familia. En Estados Unidos se opera al paciente, le sigue otro médico y probablemente no lo vuelves a ver. Es una forma fría que no da el regocijo de ser médico”, sostuvo el responsable del primer trasplante de páncreas. No obstante, y por más esperanzador que se presente el futuro, “aún queda mucho por hacer”, advirtió Iván González Cancel, director de la Unidad de Trasplantes del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe. “Estamos haciendo mucho con recursos limitados”, insistió el galeno. Aunque admitió que la institución que representa está “en las etapas iniciales de considerar el desarrollo de un programa de trasplante de pulmón”, aún no se le ha hecho la propuesta oficial a la Junta de Directores. “El trasplante de hígado aún no se hace (en Puerto Rico). El trasplante multiviceral todavía no se hace (en Puerto Rico). Todavía queda mucho por hacer en el área de la salud. No quiero sonar pesimista. Ciertamente queremos seguir impulsando el desarrollo de nuevas terapias antes de decir que Puerto Rico está por convertirse en un importante centro de trasplantes”, sostuvo. Clave la donación de órganos Pero para que prosperen los programas de trasplante se tiene que desarrollar la cultura de las donaciones entre los puertorriqueños. Hasta hace algunos años la donación de órganos era un tema del que no se hablaba abiertamente. Quizá uno de los primeros en promoverse fue el de la donación de córneas a través del Banco de Ojos del Leonismo Puertorriqueño. “No existe mayor gesto de generosidad y solidaridad humana que la donación de órganos”, según Marien Saadé, directora ejecutiva y vicepresidenta de LifeLink en Puerto Rico, organización con base en Tampa, Florida, que existe localmente desde 1994. Para Saadé, la donación comienza cuando la sociedad entiende que es un acto noble. “Noble y seriamente reglamentado, donde no hay espacio para negociaciones, ni compra, ni venta. Esto es serio. Tiene que ver con vida, con muerte, religión, creencias de toda naturaleza y con cultura. No es una cuestión médica solamente”, expresó. Para ella y para las miles de personas que han optado por ser donantes cuando llegue el momento, la donación de órganos es un regalo de vida. “Pero es importante ser proactivo y tomar la decisión en vida y compartirla con los familiares mas cercanos. Así es más fácil para todos”, apuntó. Para que más puertorriqueños continúen tomando conciencia sobre la importancia de las donaciones, el doctor Panchi creó su propia fundación; corre en el 10K del Teodoro Moscoso y para el 2009 participará en las olimpiadas mundiales para personas trasplantadas que se celebrarán en Australia.