Niños descubren la magia del cafetal

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Por Gerardo Cordero / elnuevodia.com endi.com Salieron de sus casas antes del alba y a las 7:00 de la mañana llegaron a Adjuntas, donde caminarían montaña adentro para recoger los frutos del cafetal. El grupo integrado por una veintena de niños de la Manada 313 del Colegio Bautista de Caguas estaba sumamente motivado y después de escuchar las instrucciones de rigor comenzaron a llenar sus latas de los rojizos granos. “Se nos pidió que lo haláramos como uvitas, sólo si el grano estaba rojo o con pintas amarillas o naranja”, dijo a Caza Noticias Aimée Cora, madre de José Andrés y Andrés Manuel González Cora, dos de los pequeños recogedores. “Nos explicaron que teníamos que ir rama por rama recogiendo el fruto maduro. Esa era la tarea correcta: completar de pelar cada rama y sólo entonces pasar a la próxima”, dijo Cora. Con el paso de las horas, muchas latas, preparadas por los niños y sus padres semanas antes para la especial ocasión, se llenaron de los rojos granos en la finca a la que los chicos entre los seis a 10 años arribaron protegidos con pañuelos que colocaron sobre sus cabezas y alrededor del cuello para protegerse de los abayardes. Esa mañana, sin embargo, los diminutos insectos demostraron su nobleza con los niños recogedores y descartaron picarlos, quizás en deferencia a su encomiable acción para evitar que se pierda la valiosa cosecha. Poco después del mediodía, los niños y los adultos que les acompañaron culminaron el recogido. Entonces, recobraron fuerzas comiendo chinas y carambolas cultivadas en la finca cafetalera, ubicada en el barrio Guilarte de Adjuntas. También disfrutaron bebiendo café recién molido y toda la experiencia resultó tan grata que se comprometieron a regresar el próximo año para colaborar nuevamente en la etapa crucial de la cosecha. La iniciativa de coordinar con grupos de ciudadanos jornadas de recogido de café la inició Mirelys Torregrosa en 2006, explicó Cora. Agregó que el trabajo del día es donado a entidades benéficas. En el caso de los niños cagüeños, la aportación sería para el albergue de animales La Gabriela, que ubica en Ponce.