Nuestros arrecifes: “tocando con los ojos”

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'Snorkeler' parado sobre el arrecife, una conducta que se debe evitar.

Por Dr. Thomas Webler y Karin Jakubowski / Especial para El Nuevo Día

Los arrecifes son uno de los ecosistemas más importantes del planeta ya que albergan una gran variedad de organismos. En las costas de Puerto Rico se ven muchos arrecifes de coral a poca distancia de la orilla, lo que permite su fácil acceso. Para los puertorriqueños y los que nos visitan, los corales son una fuente de pesca y un lugar para apreciar lo maravilloso de la naturaleza. Preservarlos es esencial para las comunidades, el ambiente y un turismo sustentable.

Desafortunadamente, los arrecifes enfrentan serias amenazas. Aquellos que los visitan para practicar deportes submarinos como el ‘snorkeling’ o el buceo pueden dañarlos al patearlos o caminar sobre ellos, al levantar sedimentos que pueden sofocar a los corales más jóvenes cuando nadan cerca de ellos, al recoger organismos marinos que viven en la superficie de los corales y al romperlos accidentalmente cuando los golpean con las chapaletas o el equipo de buceo.

Científicos del Instituto de Investigación Social y Ambiental en Massachusetts (SERI, por sus siglas en inglés), decidieron medir el impacto negativo que los amantes del ‘snorkeling’ y el buceo tienen sobre los arrecifes y enseñarles cómo una conducta apropiada puede ayudar a reducir dicho impacto.

La misión de SERI es tratar de entender la relación entre los problemas ambientales, las dimensiones sociales y el comportamiento humano, con la intención de ayudar a solucionar estos problemas. Inspirado por una visión de turismo sustentable, el trabajo de SERI es apoyado por fondos del Programa de Conservación de Arrecifes de Coral de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y la colaboración de diversas compañías de ‘snorkeling’ y buceo en el archipiélago borincano.

Durante el verano y el invierno del 2011 los investigadores de SERI observaron cuidadosamente a los ‘snorkelers’ y buzos que visitaban los arrecifes con propósitos recreativos. Los científicos descubrieron que aquellos que nadaban cerca de la superficie (‘snorkelers’) tocaron el arrecife un promedio de casi tres veces cada 10 minutos que pasaron en el área del coral. Aquellos que practicaban ‘snorkeling’ en grupo fueron los que más daño causaron al arrecife, pues se detenían a sacar la cabeza del agua para discutir con sus compañeros lo que observaban. Esto causaba que patearan el arrecife o que se pararan sobre él.

Por otro lado, aquellos que nadaban a profundidad (buzos) tocaron el arrecife mucho más frecuentemente, casi cuatro veces por cada 10 minutos. Los buzos fueron más dañinos al recoger rocas, langostas o conchas del arrecife, o agarrándose del mismo para estabilizar su posición y tomar fotos.

Resultó obvio que el toqueteo de arrecifes era un problema serio, pero mucha gente no tocaba los corales a propósito, si no accidentalmente.

Pensando que si los nadadores hacían conciencia del delicado balance ecológico de los arrecifes serían más cuidadosos, los investigadores de SERI diseñaron un vídeo (https://vimeo.com/43207675) para demostrar cómo comportarse mientras se visita el arrecife y escribieron un juramento (www.scribd.com/doc/104414900) que las personas podían firmar comprometiéndose a cumplir con esta conducta apropiada.

A lo largo de la primera mitad del 2012, las compañías de ‘snorkeling’ y buceo les han mostrado el vídeo a sus clientes y les han pedido que firmen el juramento antes de comenzar la excursión en sus botes. Los científicos observaron a los visitantes y notaron una diferencia enorme en su comportamiento. Los ‘snorkelers’ que vieron el vídeo y firmaron el juramento tocaron el arrecife 0.3 veces por cada 10 minutos, 8 veces menos frecuentemente que antes. El número de ‘snorkelers’ que nunca tocó el arrecife aumentó de un 63% a un 93%. Los investigadores se encuentran aún observando el comportamiento de los buzos.

Estos resultados indican que el mensaje comunicado por el video y el juramento antes de entrar al agua fue efectivo en cambiar el comportamiento de aquellos que visitan los arrecifes y minimizó el daño que se causó a estos. Las personas solo necesitaban orientarse para poder entender mejor el medioambiente del arrecife y como preservarlo.

Claro está, el daño causado por los nadadores no es la única amenaza enfrentada por los arrecifes. La sobrepesca, la contaminación, las pobres prácticas marítimas, los cambios en la acidez del océano y los efectos del cambio climático amenazan seriamente a los arrecifes de coral y representan problemas que merecen atención inmediata. Sin embargo la investigación realizada por SERI apunta a prácticas sencillas e inmediatas para disminuir el efecto de los humanos en los arrecifes y proteger este vital ecosistema.

Los autores son investigadores del Instituto de Investigación Social y Ambiental en Massachusetts y miembros de Ciencia Puerto Rico - www.cienciapr.org.

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