Para los gustos, los colores

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Por Iván Colón Alvarado / Especial El Nuevo Día El Nuevo Día Hace más de 30,000 años el ser humano comenzó a trazar pictogramas en las paredes de cuevas. Éstos representaban una de las primeras manifestaciones artísticas que a su vez facilitarían el desarrollo de la comunicación, la expresión cultural y las tradiciones religiosas de esa época. Fueron el ocre, el carbón y los óxidos de hierro los primeros pigmentos utilizados para tales fines. Hoy día el uso de la pintura es más variado. Su importancia no se limita a propósitos decorativos o estéticos. Cumple también la función de brindar protección a materiales y superficies, así como también la de aumentar su valor. El proceso de elaboración de pinturas consiste inicialmente de la molienda de pigmentos con la ayuda de disolventes y dispersantes, para luego añadir fijador, tintes y otros aditivos. Los pigmentos son sólidos que imparten cubrimiento, color, textura o sirven de relleno. Por otro lado los tintes modifican ese color una vez esté terminada la pintura. Los disolventes se utilizan principalmente para ajustar la viscosidad. Éstos no forman parte de la película final ya que se evaporan al secarse la pintura. El fijador es el componente que brinda adhesión, afecta la durabilidad, la flexibilidad y el brillo de la pintura. Éste se puede clasificar de acuerdo a su mecanismo de secado o curación: evaporación del disolvente, coalescencia y reticulación oxidativa. En las pinturas que se curan por evaporación del disolvente se forma una capa sólida de película. Sin embargo su resistencia química es pobre pues si entra en contacto con el disolvente puede disolverse nuevamente. La coalescencia es el mecanismo de curado en pinturas que utilizan látex como fijador El agua se evapora, luego lo hace el disolvente residual promoviendo que se acerquen y unan las partículas de látex en una red de partículas enlazadas irreversiblemente. De manera que la película no se disolverá si entra en contacto con el disolvente. Las pinturas alquídicas o de aceite se curan por reticulación oxidativa. Cuando éstas entran en contacto con oxígeno se produce la polimerización del fijador. Con la aplicación de pintura a materiales se busca protegerlos contra factores ambientales como la corrosión, los rayos ultravioleta, el agua o el polvo. La capa de pintura sirve como barrera que impide la reacción química entre el oxígeno y el metal que genera óxido o moho. Protege materiales que pueden ser degradados por los rayos ultravioleta al absorber parte de su energía y reflejarlos de vuelta. Como consecuencia, las superficies expuestas al sol experimentan una reducción en temperatura. Sirve como barrera impermeable al evitar el contacto del agua con las superficies como es el caso de los selladores de techo. Cabe mencionar que los recubrimientos de barniz en las latas utilizadas para almacenar comidas y bebidas crean una barrera química que evita la reacción de los contenidos con el metal. Indudablemente la cualidad más evidente de las pinturas es el atractivo visual que imparten a las superficies. Es difícil visualizar áreas turísticas icónicas como el Viejo San Juan o el Parque de Bombas en Ponce sin sus emblemáticos colores. La tradición de los puertorriqueños de pintar nuestros hogares en época navideña es vivo ejemplo de cuán arraigado tenemos en nuestra cultura su disfrute. No es casualidad que a menudo utilicemos la expresión: “Para los gustos, los colores”. Prohibido el plomo El proceso de elaboración y aplicación de pinturas no está libre de efectos adversos al medio ambiente y a la salud. Los compuestos orgánicos volátiles surgen de la evaporación de disolventes orgánicos en las pinturas basadas en aceite. Al éstos reaccionar con óxidos de nitrógeno y con la luz solar producen ozono, uno de los componentes del “smog”. También el uso de plomo en las pinturas fue prohibido desde 1978 por la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo para reducir el riesgo de envenenamiento en niños que pudieran ingerir pedazos de pintura seca. El plomo fue sustituido por óxido de titanio para proveer cubrimiento a las pinturas sin los efectos nocivos. También, el óxido de titanio ha sido utilizado en Japón como agente antimicrobiano. Al ser expuesto a luz ultravioleta este compuesto libera radicales de hidroxilo e iones de superóxido con poder desinfectante mayor al cloro y con la capacidad de atrapar compuestos orgánicos volátiles. Las regulaciones ambientales y la costo-efectividad han sido los factores principales para impulsar modificaciones en la formulación de pinturas. A tales efectos la industria se ha movido a utilizar agua como disolvente principal en lugar de los orgánicos. Más allá de sus limitaciones, las pinturas han probado ser un material versátil que ha facilitado nuestra vida y nuestro desarrollo como sociedad. Gran cantidad de los productos manufacturados cuentan con una capa de pintura o revestimiento que los protege, los decora, aumentan su valor, su calidad y su durabilidad. Es el uso de las pinturas muestra del impacto cotidiano de la química en nuestro quehacer diario. (El autor es miembro del Colegio de Químicos de Puerto Rico)