Pensar en musarañas boricuas

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Por Rut N. Tellado Domenech / rtellado@elnuevodia.com endi.com ¿Pensando en musarañas? ¿En cuáles, en las que se extinguieron o en las que aún existen? Según el Diccionario de la Real Academia Española, la popular frase “pensar en musarañas” significa “no atender a lo que él mismo u otro hace o dice”. O sea, que es como andar distraído. Sin embargo, las musarañas son unos mamíferos pequeños, parecidos a los ratones, que actualmente habitan en América del Norte y en Europa, y que poblaron las Antillas durante el periodo Cuaternario (desde hace 1.8 millones de años hasta hoy día). La musaraña isleña de Puerto Rico (Nesophontes edithae), de acuerdo con el libro “Biodiversidad de Puerto Rico”, editado por el biólogo Rafael L. Joglar, “era un gigante en el mundo de las musarañas, con un tamaño aproximado al de una rata negra bien alimentada”. Es un gran tamaño si se toma en cuenta que el mamífero más pequeño del mundo es la musarañita o musgaño enano que vive en la región que bordea el Mar Mediterráneo, en Europa, cuyo ejemplar adulto pesa menos de una onza y mide 1.5 pulgadas, sin contar su cola de 2.5 centímetros, según la Enciclopedia Británica. La especie nativa de Borinquen, al igual que los parientes que le sobreviven en Norteamérica, se alimentaba de insectos e invertebrados, informó el paleontólogo Jorge Vélez-Juarbe. El estudio de los especímenes modernos, así como de los cráneos encontrados de la musaraña isleña, es necesario para conocer la dieta de esta última. De hecho, el hocico largo y puntiagudo característico de las musarañas es el que les ayuda a atrapar los insectos que comen. “Sobre el lugar donde vivían, eso es difícil de determinar”, indicó el paleontólogo al preguntársele si las musarañas habitaban en los árboles, en el suelo o en cuevas. Vélez-Juabe explicó que los fósiles de éste y de otros mamíferos extintos se encuentran mayormente en depósitos en cuevas porque “los animales caían en sumideros o se perdían dentro de las cuevas”, donde morían. Otra razón por la cual estos depósitos son ricos en fósiles es que “los vertebrados más pequeños -como la musaraña, la rata espinosa puertorriqueña, los reptiles y aves- eran alimento de búhos que vivían en las entradas de las cuevas. Éstos botan acumulaciones de huesos y pelo que no pueden digerir y eventualmente se van acumulando”, detalló el paleontólogo. Además de Puerto Rico, las musarañas hicieron de Cuba, La Española y las Islas Caimán su hogar, según el libro antes mencionado, en un ensayo escrito por el biólogo Donald A. McFarlane y el líder ambientalista Abel Vale. Dicha publicación asegura que la musaraña boricua está cercanamente emparentada con los insectívoros en peligro de extinción del género Solenodon que todavía habitan en Cuba y La Española. Aunque no se sabe a ciencia cierta cómo ni cuándo llegaron estos animales a la región del Caribe, ya los científicos conocen su lugar de procedencia. “La historia de las musarañas es una historia completamente distinta a la de otros mamíferos terrestres de Puerto Rico”, aseguró Vélez-Juarbe. “La jutía, la rata espinosa y el perezoso están relacionados con organismos suramericanos. La musaraña no, la musaraña está relacionada con organismos de Norteamérica”. El paleontólogo mencionó que “en la República Dominicana hay fósiles de musarañas de hace como 15 millones de años, pero están muy incompletos”, lo cual no permite estudiar su origen más a fondo. Acerca de la desaparición del espécimen boricua, Vélez-Juarbe indicó que no se ha podido determinar con exactitud cuál fue la razón para ello. Eso sí, mencionó un estudio realizado recientemente por el investigador británico Samuel Thomas Turvey y varios colegas que fue publicado en el 2006, según el cual el registro fósil más joven de la musaraña isleña de Puerto Rico es de hace 990 años. Es decir, que es probable que este mamífero se haya extinguido antes de la llegada de los colonizadores europeos a la Isla.