Presentan mapa genético borincano

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Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com endi.com Con Tonos azules, verdes y amarillos, como los que destacan en las obras del afamado pintor del patio Francisco Oller, un grupo de galenos dio a conocer ayer el primer mapa o perfil farmaco-genético de los puertorriqueños. Los colores no fueron casualidad, pues la mezcla étnica que el fenecido artista estampó en cuadros como El Velorio, quedó plasmada en el mapa. Pero ahora, en lugar de relatar una historia, ese mosaico integrado por las razas taína, europea y africana, y que convierte a los puertorriqueños en una población altamente heterogénea, servirá como punta de lanza para el desarrollo de la medicina especializada. El doctor Gualberto Ruaño, investigador principal y profesor del recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, anticipó ayer que el mapa permitirá establecer un recetario genético, es decir, donde se utilizará la información genética de cada persona para crear recetas individualizadas. “Este análisis ayuda a comprender la estructura genética de la población puertorriqueña según sus orígenes ancestrales, así como sus implicaciones clínicas. Este estudio determinó que la población cuenta con genes que varían frecuentemente y están relacionados con importantes procesos fisiológicos”, apuntó Ruaño, tras aclarar que el perfil está en su etapa investigativa. Por ahora, abundó el galeno, las estudios están enfocados en enfermedades genéticas cardiovasculares y diabéticas. A largo plazo, podrían incluirse enfermedades neurosiquiátricas. Según Ruaño, quien también preside el laboratorio Genomas, en Connecticut, la idea no es desarrollar medicamentos nuevos, sino utilizar los existentes de forma individualizada. “Es como utilizar los sistemas de navegación por satélite, son sistemas de recetario guiados por el ADN (ácido desoxirribonucleico) de la persona. Somos una población con necesidades físicas y con esto, el medicamento se ajusta al metabolismo y fisiología”, expresó. El experto vaticinó que la industria farmacéutica se interesará en establecer el recetario genético. Asimismo, expuso que el sistema de salud y los planes médicos se beneficiarán económicamente, ya que se eliminaría la prueba y error de drogas en pacientes a los que éstas no les causan efectos positivos, pero aún provocan efectos adversos. A preguntas de El Nuevo Día, Ruaño explicó que, en términos prácticos, las recetas especializadas podrán requerirlas pacientes de todas las edades. Igualmente, dijo que representan una oportunidad de exportación para el País. ¿Cómo se hizo el mapa? Ruaño explicó que para hacer el mapa se tomó una muestra representativa de cada región de la Isla, según el registro nacional de nacimientos del 2004. Las muestras anónimas de ADN de 100 infantes nacidos durante ese año fueron provistas por el Programa de Salud Neonatal de Puerto Rico. En ellas, el galeno y su equipo estudiaron 196 genes asociados a procesos cardiovasculares, metabólicos, neurológicos y endocrinos. El grupo estimó el grado con el que los individuos comparten variantes de los genes estudiados. Ruaño, oriundo de Mayagüez, indicó que desarrollar perfiles farmaco-genéticos en poblaciones heterogéneas, como la puertorriqueña, “es más fácil” porque corrobora “en grupos variados” la funcionalidad de los medicamentos. Por su parte, el doctor José Carlo, rector del recinto de Ciencias Médicas, precisó que esta investigación fue publicada en el ejemplar de abril de la revista científica Pharmacogenomics, editada en Londres, Inglaterra. “Como dínamo científico, el proyecto presenta evidencia irrefutable de los dotes genéticos de nuestra población para desarrollar las ciencias vivas en la era de la medicina personalizada”, dijo Carlo en conferencia de prensa.