Rafael Joglar: Defensor del Coquí y de la Biodiversidad

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Sara Justicia Doll

El profesor e investigador de la Universidad de Puerto Rico, Rafael Joglar, no ha ceñido su vasto conocimiento sobre anfibios y biodiversidad a las horas en que ha impartido cursos a universitarios durante los últimos 30 años. Su compromiso con la ciencia y la biodiversidad de Puerto Rico trasciende las paredes de su laboratorio en la Facultad de Ciencias Naturales, en el recinto riopedrense de la UPR. Va mucho más allá.

En el año 1992 Joglar inscribió al Proyecto Coquí como organización sin fin de lucro dedicada a promover la conservación de la biodiversidad, no sólo para Puerto Rico sino también para el Mundo. El Proyecto Coquí persigue la educación sobre el coquí y biodiversidad en Puerto Rico, investigación científica dirigida a la conservación y gestiones para la protección del hábitat.

¿De qué manera el Proyecto Coquí ha ayudado a la protección del hábitat?

A lo largo de los años como organización hemos recomendado la adquisición de terrenos para conservación donde sabemos que habitan especies de coquí. Por ejemplo, siendo consultores del Fideicomiso de Conservación recomendamos la compra de terrenos en la Sierra Pandura. La Sierra Pandura es una pequeña cordillera, ramificación de la Cordillera Central, que discurre entre Cayey, por San Lorenzo, Patillas y Maunabo. Allí abundan los guajonales, unas cuevas donde vive el coquí guajón. Es el único lugar del Mundo donde eso ocurre. Ese logro fue para el 2005, aproximadamente.

Joglar indica que la biodiversidad es sumamente importante para Puerto Rico y el Mundo. “Sin biodiversidad no hay vida. La biodiversidad nos da servicios, nos da combustible, nos da comida, los ecosistemas nos dan agua, oxígeno, cosas esenciales para la vida en el Planeta Tierra”, dice.

Otro esfuerzo del Proyecto Coquí que lo llena de orgullo es el trabajo que ha hecho la organización con el coquí de Mona. Al Proyecto Coquí le preocupaba la posibilidad de enfermedades y los impactos del cambio climático que podrían afectar a la población de Coquí de Mona. Por lo tanto, para preservar la especie, en verano el Proyecto Coquí logró llevar diez parejas de coquí de Mona al Zoológico de San Antonio. Allí las parejas permanecen en un laboratorio donde se persigue conocer la biología reproductiva de estos.

“Lo que queremos evitar es que desaparezca. Es una población muy pequeña y vulnerable. Si pasara algo en Mona, un tsunami o algo, ya tenemos asegurada una población del coquí de Mona”, dijo Joglar.

La historia apunta a la desaparición de tres especies de coquí. El palmeado fue  por última vez documentado, en 1962, el dorado, en 1981 y el de Eneida, en 1990. El objetivo es evitar más extinciones.

De otra parte, para promover la educación, el Proyecto Coquí está dando charlas educativas todos los sábados en el Museo de Vida Silvestre. Las mismas tratan diversos temas de biodiversidad. El próximo sábado 19 de octubre la charla será del tema de corales. La misma comenzará a la 1:30 de la tarde.

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