¿Se esconde en Culebra un Lagartijo Gigante?

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Por: 

Wilson Gonzalez-Espada
Anolis roosevelti. Ilustración cortesia de Genevieve Wilson, Wilson Wilson Illustration Inc., Gualala, CA.

A muchos de nosotros se nos han extraviado las llaves o el teléfono móvil. Y ni hablar de las medias que han perdido su pareja y que, solitarias, guardamos con la esperanza de que algún día aparezca finalmente la media perdida.

Algo parecido pasa en la ciencia. Si una especie se considera “en peligro crítico” y pasan años y años sin que se vea un sólo individuo, entonces la especie podría declararse como extinta. Los científicos son como los que guardamos las medias sin pareja en una gaveta. Ellos y ellas buscan y siguen buscando, sin perder la esperanza.

¿Cuánto tiempo invierte un científico buscando un organismo posiblemente extinto? Si usted cree que días o semanas es mucho tiempo, entonces no conoce a la científico Ava Gaa-Ojeda Kessler, MS. Esta investigadora peinó la Isla de Culebra diariamente por casi un año en su búsqueda. ¿Encontró el animalito perdido?

Antes de contestar esa pregunta, hay que saber qué animalito estaba buscando. Se trata del Lagartijo Gigante de Culebra (Anolis roosevelti). Desde el 1931, cuando el científico Chapman Grant atrapó dos individuos, no se ha confirmado oficialmente un avistamiento del Anolis roosevelti. En el 1977, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre lo declaró “en peligro de extinción” y designó a la Isla de Culebra como un hábitat crítico que debía protegerse.

Volvamos ahora a la odisea de Gaa-Ojeda Kessler. De enero a diciembre del 1986, la investigadora entrevistó habitantes de Culebra, incluyendo a la persona que encontró el único especimen en la isla cuando joven, en busca de alguna pista. También dió una charla en la escuela superior de Culebra para enseñarles a los jóvenes la diferencia entre el Anolis roosevelti y otras especies de lagartijos e iguanas que compartían el hábitat culebrense.

Un aspecto esencial del trabajo investigativo fueron las visitas de campo. Diariamente, y a veces por la noche, Gaa-Ojeda Kessler examinó a pie múltiples zonas de la Isla de Culebra.

Un año más tarde, en el 1987, la científico concluyó su búsqueda con las manos vacías. Sí logro determinar que aquellos que habían dicho haber visto un Anolis roosevelti en realidad lo habían confundido con una iguana. 

Luego de ese sacrificado año, otros científicos también trataron de encontrar al escurridizo reptil, pero sin éxito. El estudio de Gaa-Ojeda Kessler es, por mucho, el más abarcador y detallado que existe. No fue hasta el 2010 cuando, ante la falta de evidencia de la existencia del Lagartijo Gigante en Culebra, la investigadora publicó un artículo en la revista profesional “Herpetological Conservation and Biology”, en el que recomendó que Anolis roosevelti se incluyera en la lista oficial de especies extintas, por lo menos en Culebra.

¿Qué pudo llevar al Lagartijo Gigante de Culebra a su casi segura extinción? Los datos sugieren que varios factores, entre ellos la introducción de animales como cabras, gallinas cerdos, gatos y ratas, los ejercicios militares, la construcción de casas, el turismo, la deforestación de los bosques de guayacán, y los huracanes pudieron haber sido los causantes de la desaparicion del lagartijo.  

La ciencia está llena de casos donde los científicos anuncian con bombos y platillos el descubrimiento de una nueva especie. En contraste, una vez una especie desaparece para siempre, es una pérdida irreparable para la biodiversidad del planeta. Es triste que lo único que nos queda de nuestro Anolis roosevelti está en un museo, dentro de dos potes de cristal.

Para leer el estudio completo, puede accesarlo aquí: http://www.herpconbio.org/Volume_5/Issue_2/Kessler_2010.pdf

El autor es Catedrático Asociado en Física y Educación Científica en Morehead State University y es miembro de Ciencia Puerto Rico (www.cienciapr.org ).