Tras el fruto de la reforma

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Por Sandra Morales Blanes / end.smorales@elnuevodia.com endi.com La falta de información sobre el estado de salud de los beneficiarios de la reforma de salud llevó a la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico a iniciar tres investigaciones piloto cuyos resultados se divulgarán próximamente. Los resultados preliminares de las investigaciones, que estuvieron enfocadas en poblaciones pediátricas, fueron adelantados a El Nuevo Día por el doctor Roberto Torres Zeno, director del Instituto de Investigación de Servicios de Salud de Puerto Rico del RCM y son presentados a continuación. El primer estudio analizó “los patrones de utilización de servicios de salud por tipos de seguro” en niños y adolescentes asmáticos, una de las enfermedades de mayor prevalencia en Puerto Rico. Sus principales hallazgos son: que los pacientes de reforma usan los servicios de sala de emergencia tres veces más que los de plan privado y que los primeros, a su vez, tienen menos probabilidad de visitar oficinas de sus proveedores y de admisiones a hospitales. También se encontró “un patrón” inadecuado de prescripción de medicamentos en la reforma. Sin embargo, hubo menos visitas a oficinas de médicos y menos hospitalizaciones por parte de los clientes del gobierno. El investigador José A. Capriles Quirós apuntó que existen “desigualdades en servicios de salud prestados a pacientes de reforma” con asma. “La evidencia científica confirma que hay menor acceso a cuidados de salud en los grupos de cuidado dirigido (reforma)”, afirmó. El período analizado fue de 1999 a 2001. El segundo proyecto perseguía investigar el desarrollo del “clima organizacional” que se creó con la reforma, desde el punto de vista del proveedor. El estudio se hizo durante el 1998 a través de preguntas a proveedores de servicios de salud mental de niños y adolescentes. El hallazgo principal fue que con la reforma los proveedores comenzaron a tener tareas administrativas “que compiten” con el tiempo dedicado al cuido de pacientes. La investigadora principal, Carmen E. Albizu García, dijo que ello puede ir en contra del mejor interés del médico y de la calidad de la relación terapéutica. “Los profesionales que trabajaban en las redes de servicios de las aseguradoras de reforma reportaron recibir menos apoyo organizacional de estas agencias y menos sentido de logro profesional que los proveedores que trabajaban en los centro de salud mental del gobierno”, acotó. La tercera investigación comparó las tendencias de cuidado prenatal, bajo peso y mortalidad infantil antes y después de la reforma de 1995 a 2000. El investigador Heriberto A. Marín apuntó que hubo un aumento en la probabilidad de recibir cuidado prenatal “adecuado” para las madres médico-indigentes en comparación con el sistema público anterior. “Esto concuerda con el hallazgo de que la reforma aumentó la probabilidad de iniciar el cuidado prenatal después del primer trimestre. A su vez, confirma que las madres bajo la reforma iniciaron el cuidado más tarde, pero luego de iniciado recibieron un número mayor de visitas en comparación con el grupo del sistema público anterior”, dijo. También se encontró que la reforma no tuvo efecto sobre el peso del infante al nacer. Lo que quiere decir que la probabilidad de que un bebé nazca con bajo peso es igual para un infante nacido bajo reforma que antes. Por otro lado, señaló que la reforma ha logrado reducir la probabilidad de mortalidad infantil en madres médico-indigentes.