Un estudio ayudaría a la detección temprana del VPH

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Por: 

Paola Arroyo Guzmán

El primer estudio dirigido a investigar la ecología microbiana cervicovaginal de las mujeres puertorriqueñas permitió descubrir los primeros biomarcadores del virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo responsables de la mayoría de los casos de displasia cervical.

Los resultados fueron compartidos a El Nuevo Día por la ecóloga microbiana Filipa Godoy Vitorino, quien inició, en 2015, los trabajos de reclutamiento para la investigación, de la que salieron dos publicaciones en octubre y diciembre pasado.

“Este es el primer estudio que caracteriza la ecología microbiana del tracto genital de la mujer puertorriqueña. Hay estudios parecidos sobre bacterias en caucásicas, asiáticas, afroamericanas o latinas en Estados Unidos, pero el nuestro es el primero que caracteriza tanto bacterias –como hongos– en el cérvix y la vagina, tomando en cuenta simultáneamente las infecciones por VPH y lesiones cervicales”, explicó la experta del Departamento de Microbiología y Zoología Médica de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Según Godoy Vitorino, la tasa de incidencia de cáncer cervical en la isla es alta en comparación con la de los hispanos en Estados Unidos. La causa podría relacionarse con la prevalencia de infecciones por VPH en circulación.

“La meta a largo plazo de este estudio es entender qué bacterias son biomarcadores de cáncer cervical, para que se puedan desarrollar métodos de predicción en base a la microbiota, poder desarrollar métodos de detección temprana y también, en un futuro desarrollar, probióticos vaginales para el beneficio de las puertorriqueñas”, destacó la investigadora principal del estudio.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) advierten que las personas pueden contraer el VPH al tener relaciones sexuales orales, vaginales o anales con una persona que tenga el virus. Se transmite con mayor frecuencia durante las relaciones sexuales vaginales o anales. Incluso, puede transmitirse cuando la persona infectada no presenta síntomas.

“La pregunta de nuestro estudio realmente es ver cuáles son las bacterias que están asociadas con el virus del papiloma humano, que eventualmente pueden estar relacionadas con el desarrollo de tumores de cáncer cervical”, reiteró Godoy Vitorino.

Aseguró que, descubrir qué bacterias “buenas” son parte de la vagina de las puertorriqueñas en personas asintomáticas, ayudaría significativamente al desarrollo de nuevos probióticos.

Además, el estudio reveló que preexisten poblaciones bacterianas más abundantes en mujeres puertorriqueñas con el VPH.

“(El estudio) permitió detectar en orina metabolitos exclusivos en muestras del VPH de alto riesgo, lo que abre la puerta a futuros desarrollos de métodos de detección del VPH usando orina como una especie de biopsia líquida”, añadió la experta.

Dijo, por otro lado, que el estudio tiene una segunda fase, en la que se aplicarán nuevas técnicas de generación para caracterizar las funciones de las bacterias y hongos. Según Godoy Vitorino, la segunda etapa ayudaría a entender qué están haciendo las bacterias y la respuesta inmune (inflamatoria del hospedero).

Las colaboradoras del estudio son la doctora Josefina Romaguera, del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Escuela de Medicina de la UPR, quien recluta a las pacientes en sus clínicas; la bioquímica y directora del Laboratorio de Metabolómica de la Escuela de Medicina y experta en metabolómica, Nataliya Chorna; la experta en la tipificación de virus papiloma, Magaly Martínez; y la epidemióloga y experta en infecciones por virus del papiloma, Ana Patricia Ortiz.

Asimismo, los alumnos de la Escuela de Medicina de la UPR y los de la maestría en Microbiología Molecular, del recinto Metro de la Universidad Interamericana, participan en la investigación.

Godoy Vitorino detalló que las pacientes se reclutaron en clínicas del área metropolitana de San Juan. Una vez firmaron un revelo de responsabilidad, en el que aceptaron los términos del estudio, se les tomaron muestras de hisopos y de orina.

“La dificultad en reclutar pacientes reside en los criterios de exclusión, que incluyen no haber tomado antibiótico en los últimos dos meses, no tener infecciones vaginales, incontinencia o infecciones urinarias, lo que reduce significativamente la capacidad de tener un mayor número de pacientes en el estudio”, dijo.

“Se tomaron muchas más, pero solo incluimos en el manuscrito de microbiota 170 muestras de pacientes con datos, tanto de bacterias como hongos, de altísima calidad y con más de 1,000 secuencias por muestra. En el manuscrito de metaboloma de orina se usaron muestras de 43 pacientes”, especificó.

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