Una planta del futuro

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Por Rafael Lama Bonilla / End.rlama@elnuevodia.com endi.com Barceloneta - Los aficionados de los clásicos de la ciencia ficción como Star Wars o Star Trek podrían encontrar en este municipio del norte algo muy similar a las imágenes futuristas que aparecen en esas películas. Al entrar por los amplios y modernos pasillos de Abbott Biotechnology Ltd. en Barceloneta, la planta de biotecnología más grande en la Isla, da la impresión de estar abordando una meganave espacial, con lo último en la tecnología, iluminación ideal, organización de primera y niveles de temperatura controlados a la perfección. Esta “nave” será inaugurada oficialmente el próximo martes, 10 de abril, con cerca de 250 empleados a bordo. La moderna planta se desarrolló mediante una inversión de $400 millones y es una pieza clave para Puerto Rico en la migración hacia una industria manufacturera basada en el conocimiento. Su misión: manufacturar el ingrediente activo para exportación global de Humira, el medicamento estrella de Abbott, diseñado para el tratamiento de la artritis reumatoide. La planta de Barceloneta, cuya construcción inició en el 2002, recibió el mes pasado la aprobación final de la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés), lo que significa que ya está lista para iniciar operaciones formalmente. La FDA no tuvo ninguna observación negativa sobre la planta en su evaluación, algo que llena de orgullo al equipo de Abbott. Además, se espera que el homólogo regulatorio de FDA en la Unión Europea, se espera que otorgue su aval para la venta de Humira en el viejo continente próximamente. Pero la saga no acaba aquí. Apenas comienza, según dejó ver José Martínez, gerente de Abbott Biotechnology y una de las figuras claves en el desarrollo del proyecto, que ofreció ayer un recorrido exclusivo de las instalaciones. Por un lado, el uso del Humira podría aumentar significativamente en un futuro cercano, ya que el medicamento ha sido aprobado recientemente para tratar la condición de Crohn. Ayer mismo, Abbott le solicitó a la FDA la aprobación de dicho medicamento para el tratamiento de la psoriasis. Para el padecimiento de Crohn, Humira será el único medicamento auto inyectable, comentó Martínez. Humira generó ventas de $2,000 millones para Abbott en el 2006, y se estima que para cada nueva indicación que se apruebe el medicamento, se abre una ventana potencial para que la compañía genere ventas adicionales de entre $400 y $500 millones anuales. “Además, ahora mismo la compañía está evaluando productos nuevos y existe la posibilidad de hacer aquí otros anticuerpos monoclonales”, reveló Martínez, quien añadió que pronto podrían llevar el número de empleados de la planta a 300 personas. Brilla el talento boricua Un aspecto que resalta del proyecto de Abbott es la transferencia de conocimiento que se ha dado con el talento de la planta, que en su mayoría es local, comenzando por Martínez, un boricua de pura cepa, quien dirige las operaciones de la planta. Cerca de 60 empleados recibieron adiestramiento por un mínimo de cuatro meses en Worcester, Massachusetts, donde radica el centro de investigación y desarrollo de Abbott y la planta donde hasta ahora se manufacturaba Humira. Allí, explicó Martínez, aprendieron las destrezas necesarias para el complejo proceso de manufactura de la insulina de Abbott. Para Martínez, quien estuvo en Worcester año y medio, es un orgullo que la planta de Barceloneta haya cumplido con todos las metas que se trazaron, algo que lo atribuyó a la dedicación del personal de la farmacéutica. “En el 2002 colocamos la primera piedra y dijimos que esperábamos aprobación de la FDA para marzo del 2007, pero obtuvimos la aprobación en febrero. Lo que más me enorgullece es que se utilizó el personal de Puerto Rico para hacerlo”, sostuvo el ingeniero químico, egresado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. Según Martínez, fue ese sentido de apoderamiento por parte de los empleados de Abbott en Barceloneta, la clave para que la planta recibiera el visto bueno a tiempo y sin señalamientos adversos. Tecnología para exportar Además de la complejidad de manufactura biotecnológica, para la cual “no hay margen de error”, según Martínez, ya que “un lote dañado puede representar varios millones de dólares en pérdidas”, la nueva planta de Abbott es una de las más avanzadas en términos tecnológicos. La planta opera totalmente sin papeles y los encargados en documentar todo el proceso de la manufactura de Humira andan con computadoras portátiles que se conectan a través de una red inalámbrica para intercambiar y almacenar datos. “Esto es el ‘Electronic Batch Record’ (registro electrónico de lotes) que se diseñó aquí con gente de nosotros y gente de Chicago (donde está la matriz de Abbott)”, indicó Martínez, al señalar que la planta ha sido pionera en este tipo de documentación electrónica. Otras plantas de Abbott ubicadas en Irlanda, Italia y otros mercados están trabajando con Barceloneta para ver si adoptan el mismo modelo tecnológico, que ahorra tiempo y dinero. Listos para crecer Pero las oportunidades de crecimiento para Abbott en Puerto Rico no terminan aquí. Aunque la producción del ingrediente activo de Humira concluye en la Isla, ese ingrediente luego se traslada a Alemania a una mega fábrica de parenterales (inyectables) donde se inserta el medicamento y luego se distribuye para la venta. Martínez destacó que Abbott a nivel global sigue evaluando la posibilidad de erigir otra operación de parenterales y que Puerto Rico está siendo considerado para ello, al igual que Irlanda y Singapur. Pero para seguir compitiendo de tú a tú con estos mercados, los ejecutivos de Abbott enfatizaron en lo necesario que es eliminar cualquier tipo de incertidumbre en cuanto a hacer negocios en la Isla. Esto, en referencia a la discusión generada recientemente ante el vencimiento en diciembre de la Ley de Incentivos Industriales y el pedido de la industria para que dicha ley se extienda por dos años. “Creo que es un bueno momento para que se extiendan los incentivos”, dijo Néstor Ortiz, director Asuntos Gubernamentales y Comerciales para Abbott en Puerto Rico. “Con incertidumbre no podemos invertir”, concluyó por su parte el ingeniero Martínez.