Viajan las virtudes de cotorra boricua

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Por Gloribel Delgado Esquilín / Especial para El Nuevo Día endi.com Desde sus jaulas en el bosque estatal de El Yunque, la cotorra puertorriqueña (Amazona vittata) está ayudando a que otras especies en el mundo puedan recuperarse de su posible extinción. La cotorra de Las Bahamas (Amazona leucocephala bahamensis) y el guacamayo rojo Aramacao) del Perú son algunas de las especies en peligro de extinción que podrían beneficiarse del trabajo de investigación que se ha llevado a cabo en Puerto Rico con nuestra ave endémica y en vías de recuperación por los pasados 35 años. El caso más reciente de intercambio científico ha sido con la cotorra de Bahamas en la isla Abaco. Especialistas del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (USFWS), a cargo del Proyecto de Recuperación de la cotorra puertorriqueña, viajaron a las Bahamas el mes pasado para instalar diez nidos que podrían ayudar a que la especie se recupere. Estos nidos, construidos en plástico PVC, fueron diseñados en Puerto Rico en las pasadas décadas para que la cotorra puertorriqueña pudiera reproducirse en cautiverio. “El uso de nidos artificiales ha sido muy exitoso en El Yunque, ya que el PVC es bien resistente y les ha dado mucha protección a las aves de la lluvia y la depredación de zorzales”, comentó Thomas White, biólogo del USFWS, que está a cargo del Programa de Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña. En esta ocasión, los científicos adaptaron el invento a los bosques de pino de la Isla Abaco ya que las cotorras allí han estado construyendo sus nidos en el suelo del bosque haciendo que los polluelos queden vulnerables a depredadores. “Hemos montado los nidos en los árboles, para prevenir que los gatos o los jueyes se coman a los pichones. Los ubicamos de cinco o cuatro metros sobre el suelo. Similar a como otras cotorras utilizan sus nidos. Aunque la estructura es de PVC, la entrada está hecha de un pedazo de tronco hueco y ellas anidan en el fondo”, explicó el biólogo. Por los próximos tres años, los científicos de Abaco estarán monitoreando las cotorras en Las Bahamas donde existe una población aproximada de 500 individuos, incluyendo las aves en Isla Inagua. Según enfatizó el científico, la cotorra de Isla Abaco es la única población que anida en el suelo. Estas aves anidan tradicionalmente en cavidades y al no encontrar esos espacios en los bosques de pinos, utilizaron los huecos entre las rocas del suelo para ubicar a sus crías. “Con estos nidos, le damos otra opción a las cotorras, para que utilicen estos bosques como lo hicieron en tiempos antiguos. También estamos probando si el mismo tipo de nido que se usó en Puerto Rico puede ser una opción de manejo en Las Bahamas. Esto es un ejemplo de que los inventos técnicos que hemos utilizado aquí, también tienen beneficios en otras partes del trópico”, añadió White. Otra especie que podría beneficiarse de las investigaciones que se han hecho con la cotorra puertorriqueña es el guacayamo rojo de Perú. El ave corre peligro de extinción en la localidad de Puerto Maldonado en Tambopata. Para el 2007 se planifica comenzar un proyecto de colaboración entre ambos países, utilizando una cámara infrarroja en sus nidos. “Van a usar el mismo estilo de cámara que se ha utilizado con la cotorra puertorriqueña. Con esta cámara se puede documentar en total oscuridad sus nidos sin molestar a los pichones y observar su desarrollo. Es una técnica bastante exitosa”, comentó el científico. Aunque el guacamayo rojo tiene distribución en algunas zonas de América Central y América del Sur, en algunas áreas corren peligro de desaparecer. Sus amenazas principales son la destrucción de su hábitat y su captura para el comercio ilegal. Científicos en Cuba, Francia, España, Brasil, Costa Rica, Israel, Nueva Zelanda ya se han comunicado con el Programa de Recuperación de la cotorra puertorriqueña para utilizar algunas de sus técnicas con especies en peligro, indicó White.