Vive el reto de ser astronauta

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Por Carmen Millán Pabón / cmillan@elnuevodia.com endi.com Como ‘astronauta’ con el rango de Especialista II del Discovery, la maestra puertorriqueña Jacqueline López Vargas tuvo sólo hora y media para aprender a usar las herramientas con las que repararía una antena en la estación espacial. La tensión trató de dominarla, pero la tarea espacial era demasiado importante y su equipo ‘Determination’ dependía de su recién estrenada pericia. Así que, sin tiempo para pensar en musarañas, cuando el secundero del reloj del Comandante llegó al minuto preciso de abrir la puertecilla del ‘shuttle’, López Vargas gateó por el incómodo túnel, se puso el atuendo de astronauta, y tras un hondo suspiro, se ubicó en una silla especial. “El efecto es increíble. Sentí que flotaba en el espacio”, comentó la educadora con 20 años de experiencia en la enseñanza de ciencias, al narrar una de las muchas simulaciones espaciales que vivió como miembro del Programa 2007 de la Honeywell Educators @ Space Academy del 18 al 29 de junio de 2007, en el U.S. Space & Rocket Center en Huntsville, Alabama. Sin embargo, el susto de su vida lo pasó en el programa ‘Aviation Challenge’, cuando la ‘nave’ en la que viajaba simuló el accidente de caer en un lago. Para ‘sobrevivir’, tuvo que esperar su turno antes de salir de la cabina justo cuando el agua tapaba la cabeza de los miembros de la tripulación. Entonces, nadó hasta alcanzar la canasta del helicóptero que ‘salvó’ al grupo. López Vargas - maestra de ciencias de cuarto a sexto grado en la American Military Academy, en Guaynabo- se convirtió en ‘astronauta’ por casualidad. En noviembre del año pasado, en medio de una búsqueda cibernética para añadir enlaces a la página electrónica de la Asociación de Maestros de Ciencias de Puerto Rico que preside (www.amspuertorico.org), accedió a la página de la NASA y dio con el programa de la Academia Espacial para Maestros. Como no hay alegría perfecta, el cierre para concursar vencía 24 horas después y requería un ensayo de 350 palabras. “Me dije: ‘siempre le digo a mis muchachos que cuando surgen las oportunidades hay que tirarse con to’ y tenis, y eso es lo mismo que voy a hacer. Lo que puede pasar es que no me llamen, pero, ¿y si me llaman?’ Y me puse a escribir de mi metodología en la sala de clases”, dijo riéndose. Fue seleccionada entre 268 maestros de ciencias y matemáticas de 21 países y 43 estados de Estados Unidos para completar un intenso currículo enfocado en ciencias espaciales y exploración, y un entrenamiento similar al de los astronautas. Su equipo, llamado ‘Determination’, estaba compuesto por 14 maestros, la mayoría de Estados Unidos, pero también de India, República Checa, Polonia y Honduras. Su primera tarea fue dibujar el parcho que llevarían en el uniforme para identificarlos como grupo. Su equipo seleccionó como elementos principales de identificación el transportador que se usa en la clase de matemáticos, las banderas de los países de los participantes, una estrella por cada uno de los integrantes, y la manzana, el símbolo del maestro. Grandes tareas Su primera misión importante con el simulador del shuttle, fue ‘desde tierra’. Se trataba del Atlantis, y ella fue la ‘mission scientist’ que daba instrucciones a los que están en la estación espacial. Sin embargo, su gran misión fue la del Discovery; y su hazaña, la de reparar la antena de la estación espacial. “Hicimos muchas simulaciones parecidas a las que adiestran a los verdaderos astronautas”, expresó la maestra. En ‘Aviation Challenge’ hicieron una simulación, en la que asegurados con un arnés y salvavidas, suben a una torre y se tiran de espaldas al otro lado del lago. Como “ñapa”, el 22 de junio vio el aterrizaje del transbordador Atlantis. López Vargas quien en 1996 recibió el Presidential Award for Science Teaching y en 2001 el premio AMGEN para la excelencia en enseñanzas en ciencias, tuvo la oportunidad de conocer a Ed Buckbee, el director y creador del Space Camp; a Store Musgrave, astronauta que hizo seis misiones en shuttles; y a Homer Hickam, Jr., autor de ‘October Sky’, el libro que llevó al cine el momento mágico del 1957 cuando vio el Sputnik cruzar su cielo, hecho que lo encaminó - con el estímulo de su maestra - a seguir la ruta del espacio como profesión. Hickam dedicó su autógrafo a los “rocket boys and the rocket girls in Mrs. López class”. Ella captó el mensaje. “Todos nuestros estudiantes tienen el talento. Lo que necesitan es la motivación de nosotros. Con eso iniciaré el año académico”, anticipó la maestra.

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