Por: Sixto Abraham Nieves Los hongos se proliferan por todas partes de nuestra casas, en oficinas, escuelas y edificios. La exposición a micotoxinas se ha relacionado con muertes en infantes, así como en individuos inmuno-comprometidos. Las enfermedades relacionadas con problemas pulmonares y con calidad de aire continuan en aumento en Puerto Rico y los médicos alergistas señalan que detonantes en el aire dan lugar a estas enfermedades del pulmón. Muy a pesar de múltiples investigaciones científicas que evidencian estos hechos y los problemas de salud provocados por la exposición a hongos, poco o nada han hecho nuestras agencias de la salud en Puerto Rico, salvo desarrollar protocolos (i.e., experimentos). Ni siquiera en los hospitales hay voluntad para aumentar los registros de calidad de aire para proteger sus empleados y los pacientes que asisten a ellos. Por lo que el problema se ha convertido en uno de proporciones. Los hongos han estado en nuestro planeta por millones de años, nos pueden ayudar en nuestra salud como es el hongo Aspergillus Penicillium cuya molécula se utiliza como un antibiótico, no obstante otros como el Aspergillus Níger pueden crear población en nuestros pulmones y provocarnos la muerte. Si leemos el pasaje de la Biblia, Levítico 14 el capítulo nos provee una forma de manejar lo que ellos conocían como una plaga. Si cuidamos bien de los espacios, y mantenemos los hongos controlados en un equilibro natural no tendremos mayores problemas. Igual que las bacterias que el cuerpo necesita, si se salen del equilibrio natural, su efectos pueden comprometer nuestra salud. Al principio, las enfermedades relacionados con exposición a los hongos, se le designaba con lo que conocemos como “El Síndrome del Edificios Enfermos”; pero según fue aumentando y volviéndose disponible la data de la investigación científica, la relación con micotoxinas fue patente y definitiva, patrones de edificios, enfermedad relacionada emergió conectándose a la exposición de contaminantes de desperdicios tóxicos en el aire en los espacios interiores. En inglés se conoce como building-related illnesses (BRI). Debemos comprender que la exposición o daño a la persona que puede tener un hongo, depende del sistema inmunológico de cada cual. La respuesta puede variar por el tipo de hongo, la concentración de esporas, y período de exposición. Siendo algunos de los indicativos de que hemos sido infectados; síntomas similares a catarros, estornudar, congestión de pecho, ojos aguosos, sinusitis y/o dolores de cabeza. Según la infección se esparce los dolores de cabeza pueden incrementar convirtiéndose en migrañas, puede haber sangrado de nariz y ocurrencias de mucosidad, así como experimentar desorientación u otros síntomas neurológicos. Subsecuentemente, dependiendo de la extensión del daño al sistema inmunológico, pueden manifestarse síntomas como fatiga extrema, daño al corazón y pulmones, desórdenes del sistema inmunológico como fibromyalgia, syndrome de fatiga crónica, sensitividad química múltiple, lupus, cáncer y asma. Los daños neurológicos y/o inmunológico pueden ser permanentes por lo que es importante entender que el descontrol de hongos en los interiores es una verdadera amenaza a la salud en general. El autor labora con la industria por más de 30 años, Pro Ambiente y preside la firma CoBiP Pro Salud Pulmonar. Cobip con base en Gurabo: Especialización, desinfección de edificios enfermos, supresión, control y eliminación de poblaciones micológicas (hongos), bacterias, virus en los espacios interiores de residencias y edificios. Destrucción, captura de alérgenos tóxicos en el aire y depuración de contaminantes del oxigeno del aire.