El insecto del cual dependemos
Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más diversos del planeta. Un solo coral está compuesto de miles de animalitos llamados pólipos, que se alimentan de organismos que flotan en el agua.
Puerto Rico tiene arrecifes de coral de notable belleza y colorido. Lo que mucha gente no sabe es que estos organismos son extremadamente delicados y susceptibles a virus, bacterias u otros microorganismos que producen infecciones.
Arecibo - La boa puertorriqueña fue declarada en peligro de extinción desde el 1970 y aunque sobrevive aún en distintas áreas del país, su existencia sigue amenazada y con ello se mantiene latente un riesgo a la salud de los residentes de Puerto Rico.
La situación de este reptil y de otros similares en la región del Caribe y Latinoamérica es objeto de análisis en un evento que se desarrolla este fin de semana en la Universidad Interamericana, recinto de Arecibo y que reúne a científicos de toda la región.
En Arecibo se encuentran algunos de los principales recursos naturales del país pero, paradójicamente, ya sea por la improvisación en sus proyectos de desarrollo o por una retorcida premeditación, a la misma vez este municipio tiene una costa seriamente erosionada, cuerpos de agua contaminados y sedimentados, así como una pésima calidad de aire, como resultados de la descontrolada expansión residencial, comercial e industrial.
Todas las mañanas, Guillermo Yudowski llega a su laboratory en MBL y mira dentro de un grupo de tanques plásticos. Adentro hay especímenes de Aiptasia pallida, una especie de anémona que se encuentra abundantemente en el Atlántico a los pies del Instituto de Neurobiología de la Universidad de Puerto Rico, en donde Yudowski es neurobiológo. Una A. pallida contenta se ve "colorida y abierta", nos dice; las anémonas tristes están cerradas y blancuzcas. Las blancuzcas están además mueriendo y sólo sobrevivirán 3 o 4 días más en los tanques.
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Al estar ubicado en el trópico, Puerto Rico es húmedo y caluroso la mayor parte del año. La combinación de alta temperatura y alta humedad hace de la Isla un lugar ideal para el crecimiento de los hongos.
(El autor es director del Laboratorio de Virología, Departamento de Microbiología, investigador principal del Programa SNRP-NeuroSIDA, UPR-RCM y miembro de Ciencia Puerto Rico - www.cienciapr.org).
Por Rut N. Tellado Domenech / rtellado@elnuevodia.com
En junio de 1986 una delegación del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM-UPR) llegó al Instituto Pasteur en París, Francia para reunirse con el equipo de los doctores Luc Montagner y Françoise Barre-Sinoussi. Tres años antes, en 1983, este grupo de científicos había descubierto el virus de inmunodeficiencia humana tipo 1 (VIH-1), el virus que causa el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o SIDA. Justo antes de esta visita, la Dra. Barre-Sinoussi había descubierto un segundo subtipo del virus, VIH-2.