Descubren fósil de depredador caribeño, y científico boricua fue parte del hallazgo

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Por: 

Wilson González-Espada
Representación artística de un sebécido caribeño. Arte: Jorge M. Machó Pupo/Machuky Paleoart. (Suministrada)

A lo largo de millones de años, movimientos tectónicos han llevado a la formación de puentes naturales de tierra conectando continentes e islas, y resultando en el intercambio de especies entre zonas antes separadas.

Los geólogos y paleontólogos han propuesto que alrededor de 35 millones de años atrás, América del Sur estaba geográficamente conectada con la zona del Caribe, lo que facilitaba el movimiento de especies entre ambas áreas. Con el tiempo, ese puente geográfico se perdió, resultando en islas como las Antillas. En aislamiento, los animales y plantas que habían colonizado las Antillas tomaron rumbos evolutivos distintos a los de sus parientes continentales.

Un estudio reciente –publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society B– reportó evidencia de un cocodrilo terrestre, en la zona de las Antillas, nunca antes identificado. Uno de los autores de la investigación es el puertorriqueño Jorge Vélez Juarbe, del Museo de Historia Nacional del Condado de Los Ángeles, California.

El depredador que Vélez Juarbe y sus colegas descubrieron en Cuba, República Dominicana Puerto Rico es de la familia Sebecidae (también conocidos como sebécidos o cocodrilos terrestres), un linaje extinto de cocodrilos terrestres cercano al grupo que incluye a los cocodrilos, caimanes y gaviales.

Este reptil no era como los caimanes que se ven en algunas zonas del archipiélago y el estado de Florida. Contrario a los cocodrilos y caimanes actuales, de patas cortas al lado del cuerpo, los estudios anatómicos completados por Vélez Juarbe y sus colegas sugieren que las patas de los sebécidos estaban debajo de su cuerpo, como las de los perros, y eran mucho más largas que las de los cocodrilos actuales

Estas adaptaciones sugieren que su medioambiente era terrestre y no acuático, y que corría bastante rápido para cazar y descuartizar a su presa. Con un peso estimado de 100 a 200 libras, siete a 10 pies de largo y dientes aserrados como los de ciertos dinosaurios, los cocodrilos terrestres estaban en el tope de la cadena alimenticia de esa época.

Este descubrimiento demuestra que los sebécidos vivieron en las Antillas Mayores entre 5 millones y 31 millones de años atrás. Los cocodrilos terrestres se extinguieron de América del Sur hace unos 11 millones a 13 millones de años, pero los fósiles de la República Dominicana tienen una edad de entre 5 millones y 7 millones de años. Esta diferencia sugiere que las condiciones del medioambiente cambiaron en Sudamérica, de modo tal que los sebécidos no pudieron sobrevivir, pero se mantuvieron beneficiosas en las islas antillanas mucho más tiempo.

Ante la extinción de estos depredadores originales, surgieron depredadores locales o endémicos, como ciertas aves, serpientes y cocodrilos modernos. Esto es también un ejemplo de cómo las islas funcionan como museos de biodiversidad, donde especies que se extinguen en los continentes persisten por más tiempo en hábitats insulares.

Es relevante recordar que, si los cocodrilos son de sangre fría, los sebécidos probablemente también lo eran. Su extinción pudo deberse a una reducción en la temperatura causada por volcanismo o los ciclos naturales planetarios. He aquí la relevancia de continuar estudiando el mundo natural, sus cambios a largo plazo y sus efectos en las plantas y animales.

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El autor es catedrático en Física y Educación Científica en Morehead State University, Kentucky, y miembro de Ciencia Puerto Rico (www.cienciapr.org).