Detectan valiosa ave en el Corredor Ecológico del Noreste

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Por Inter News Service El Nuevo Día Un grupo de biólogos aficionados de las aves y miembros de la Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste (CEN) detectaron un playero molódico (Charadrius melodus o “Piping plover”) en una playa al este de la desembocadura del río Mameyes. El playero, que se encontró este fin de semana acompañando a una bandada grande de playeros acollarados (Charadrius semipalmatus o “Semipalmated Plover”), se trata de un ave migratoria designada en peligro crítico de extinción por agencias estatales y federales. La población total del playero melódico se estima en menos de 4,000 individuos, que anidan y viven en las playas arenosas de la costa este de norteamérica, que se extienden desde Maine hasta la Florida. Otra raza distinta de esta especie todavía más amenazada vive en la región de los Grandes Lagos de Estados Unidos y Canadá, constituida por sólo unos 123 individuos. “José Colón estaba mirando por su telescopio y de pronto me llama emocionadísimo, era el playerito melódico. Rápido saqué la cámara y espero la foto sea útil para la defensa del Corredor Ecológico del Noreste y la guía de especies que están montando los miembros de la Coalición”, comentó Tomás Carlo, biólogo y profesor en Penn State. José Colón, biólogo y aficionado de las aves, informó que “las cálidas arenas del Caribe le proveen a esta rara especie un lugar donde pasar el invierno. El playero melódico fue una vez común en la costa Atlántica y el Caribe, pero hoy es una de las aves más raras y amenazadas. Disminuyó muchísimo se por la caza para plumas de adorno usadas en sombreros de mujer que fue muy de moda en el siglo XIX”. El playero melódico fue avistado por un grupo de 17 personas aficionadas a la observación de aves que incluía estudiantes, científicos, y personas interesadas en apreciar y aprender sobre la naturaleza. De acuerdo al grupo, el hallazgo enfatiza la importancia de conservar para las futuras generaciones las 3,050 cuerdas de bosques y playas del Corredor Ecológico del Noreste, que además le sirven de refugio a al menos otras 50 especies amenazadas.