Dramática intervención humana en el río Piedras

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Por: 

Gerardo E. Alvarado León
El río Piedras es considerado el más importante de la capital. (Efraín Santos/ Especial para GFR Media)

El río Piedras, en San Juan, es quizás el ejemplo más dramático de cómo la intervención humana ha afectado el cauce natural de un cuerpo de agua.

Este río, considerado el más importante de la capital, ha sido impactado por el proceso de urbanismo, hasta el punto que apenas le queda un meandro o curvatura natural. En ese meando está ubicado el antiguo acueducto del río Piedras, que en septiembre pasado fue declarado “tesoro nacional” por la “National Trust for Historic Preservation”.

Muchos tramos del río Piedras y sus tributarios han sido canalizados, desviados, entubados y/o sepultados, tanto para mitigar los problemas de inundaciones como para dar paso a proyectos residenciales, comerciales e industriales. La parte alta de la cuenca hidrográfica del río es la menos afectada por los cambios, mientras que las modificaciones más dramáticas se han dado en las partes medias y bajas, particularmente cerca de la desembocadura.

Cerca del Jardín Botánico, sobre el antiguo puente, el río Piedras se aprecia casi en su estado natural. De hecho, el antiguo acueductos del río Piedras -estructura que custodia la Unidad para la Naturaleza del Fideicomiso de Conservación- está bastante cerca de esta área. Hoy día, tanto el río como el antiguo acueducto están amenazados por un proyecto de canalización del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE, en inglés).

Ya se han completado varias fases del proyecto de canalización del USACE, que busca resolver un problema de inundaciones. Los trabajos completados han sido en la parte baja de la cuenca, como en el canal Margarita, que se aprecia al transitar por el expreso De Diego (PR-22), cerca de Plaza las Américas. Hace unos años surgió el programa interdisciplinario de investigación científica San Juan ULTRA, que busca, entre otras cosas, que el USACE modifique su proyecto de canalización. 

San Juan ULTRA entiende que las condiciones urbanas de la cuenca hidrográfica y la política pública de trabajar las inundaciones son distintas a cuando se ideó el proyecto, por lo que urge llevar a la mesa otras alternativas. Una de esas alternativas es la siembra de plantas en los corredores riparios o bordes de los ríos y quebradas.

 

El Programa del Estuario de la Bahía de San Juan, que forma parte de San Juan ULTRA, realiza siembras riparias en la cuenca del río Piedras. Una de las más recientes fue el pasado miércoles en el área de University Gardens, cuando se sembraron especies de retama San José, almácigo, guanábana y corazón, entre otras. La bióloga marina y voluntaria, Natalia López; el director del Programa, Javier Laureano; y el director científico de la organización, Javier Bauzá, participaron en la siembra riparia.

En el sector Capetillo, la quebrada Juan Méndez está canalizada y la comunidad la ha “adoptado”. Han creado, por ejemplo, un huerto cuyos frutos son vendidos a los placeros de Río Piedras. Las siembras en los bordes de los ríos y quebradas ayudan a filtrar la lluvia, estabilizar el terreno y mejorar la calidad del agua.

Puerto Rico cuenta con 224 ríos y 553 quebradas con nombres, según el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), agencia que los custodia. Muchos de estos ríos y quebradas son tributarios a otros ríos. Los ríos de las regiones norte, oeste y este mantienen un flujo perenne en comparación con la mayor parte de los ríos del sur, porque tienen un área mayor de captación y reciben más lluvia sobre sus cuencas. La mayoría de los ríos y quebradas del sur son intermitentes, y mantienen un flujo constante solo durante la época de lluvia o cuando llueve intensamente en época de sequía.

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