El poder de las plantas medicinales

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Por Ileana Delgado Castro / idelgado@elnuevodia.com endi.com El uso popular de plantas medicinales para el tratamiento de diversas enfermedades ha sido parte del desarrollo social y cultural de la humanidad desde tiempos inmemoriales De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 80% de la población mundial utiliza plantas herbáceas directamente como medicinas, en forma de té, decocción o extracto, preparados con agua, leche o alcohol. Sin embargo, la mayoría de los remedios caseros o a base de hierbas medicinales no se han validado científicamente. Precisamente, el estudio de los compuestos activos de plantas tropicales y sus efectos medicinales es el objetivo de los científicos adscritos al Jardín de Plantas Medicinales Dr. Esteban Núñez Meléndez del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico. El Jardín, que es parte del Museo de Farmacia, es el componente vivo donde se estudian los compuestos activos de las plantas tropicales y sus efectos en el tratamiento de diversas enfermedades, dice el investigador y profesor Ricardo Guerrero, curador interino de la colección de plantas medicinales. “Puerto Rico cuenta con aproximadamente 3,000 especies de plantas y cerca de 10% de ellas posee propiedades medicinales”, agrega el investigador. Más allá del folclor Para la mayoría de nuestros ancestros, el bienestar, el alivio y la prevención estaban en el patio de la casa, en cada una de las plantas que tenían a mano para curar cualquier dolencia. Por ejemplo, se sabe que del árbol de guayacán se obtenía la única cura que por mucho tiempo encontraron los europeos para enfrentarse a la epidemia de la sífilis. De hecho, el árbol de guayacán borinqueño era tan codiciado para el tratamiento de esa enfermedad que recibió el nombre de palo santo y su madera fue uno de nuestros primeros productos de exportación. Pero más allá del uso folclórico que han tenido las plantas medicinales, varios investigadores se han unido para estudiar los posibles usos y efectos de muchas de estas hierbas, algunas de ellas endémicas de la Isla. Una de las que investiga Guerrero, usada ampliamente por los puertorriqueños para el tratamiento de la diabetes, es la Costus speciosus, mejor conocida como insulina. “En ratas con diabetes inducida, comprobamos una disminución en glucosa sanguínea. Pero todavía no hemos averiguado qué compuestos ayudan en ese proceso”, explica Guerrero, quien destaca que el propósito de esta y otras investigaciones es validar el uso que se le da a la planta. “Y, eventualmente, lograr medicamentos con menos efectos secundarios”. Es lo que también se busca con el estudio de una planta muy conocida en la Isla, la pavona o amapola (Hibiscus rosa-sinensis), para el tratamiento de la ansiedad, señala la doctora Nivia Pérez Acevedo, del Departamento de Anatomía de la Escuela de Medicina de la UPR. “Hasta ahora, no se conocían los efectos del extracto de la flor de amapola para controlar la ansiedad. Pero con la investigación hemos encontrado que produce unos efectos ansiolíticos que, eventualmente, podría ser una alternativa medicinal con menos efectos secundarios”, explica Pérez, aunque afirma que todavía están en una fase preliminar. Otros estudios se enfocan, por ejemplo, en las propiedades anticáncer y antiinflamatorias de varias plantas con compuestos conocidos como alcaloides, la aislación y caracterización de ácidos grasos en plantas medicinales, o el uso de extractos de ciertas hierbas para la prevención de cataratas. De hecho, actualmente se llevan a cabo más de veinte estudios con diversas plantas medicinales, en los que también se busca identificar la posible toxicidad de algunas de ellas, así como las interacciones que pueden tener con medicamentos tradicionales o con otras hierbas medicinales. Métodos de preparación • Infusión o té: Se vierte el agua hirviendo sobre la hierba fresca o seca y se tapa. Dejar reposar de 10 a 15 minutos y colar. Se tomará caliente, endulzarlo con miel. • Maceración: Se deja la planta en remojo durante toda la noche u ocho horas, a veces durante varios días, dependiendo de la planta, se cuela estrujando bien la planta. • Decocción: Se usa con partes duras de la planta, como raíces, cortezas, semillas, maderas, tallos. Se pone en agua fría, se hierve 10 minutos y se filtra. Echar un poco más de agua para compensar lo que se pierde con la ebullición. Algunas investigaciones • Estudio de la composición química de plantas conocidas como insulina (Costus speciosus, Costus spiralis), cundeamor (Momordica charantia) y maguey (Agave americana) para el tratamiento de la diabetes tipo II. • Estudio de productos naturales con énfasis en la flora de Puerto Rico como una potencial fuente de medicamentos contra cáncer y la tuberculosis. • Estudio de la pavona o amapola (Hibiscus rosa-sinensis), para el tratamiento de la ansiedad. (Fuente: Jardín de Plantas Medicinales del Recinto de Ciencias Médicas) Remedios de la naturaleza • Valeriana: La raíz de la planta, preparada en forma de infusión, se usa como sedante del sistema nervioso central. • Malagueta: Las hojas contienen gran cantidad de aceite esencial, usado en la fabricación de alcoholado. Se emplea en fricciones y como analgésico. • Ruda: Se ha usado como antihemorrágico uterino. Las mujeres embarazadas no deben tomar infusiones de la hoja porque predispone al aborto. El jugo que se obtiene de las hojas amortiguadas y machacadas se emplea como anestésico local contra el dolor de oídos. • Playera: Entre los numerosos alcaloides que contiene, se han identificado la vinblastina y la vincristina que se emplean como drogas oncológicas para el tratamiento de cáncer. Puede producir síntomas de intoxicación si se consume de forma continua.