Escasos los recursos para paliar la crisis
Enviado el 9 agosto 2007 - 11:12am
Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.


Por Marga Parés Arroyo / End.mpares@elnuevodia.com
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En medio de la primera epidemia de dengue que sufre la Isla en casi diez años, el Departamento de Salud se ha topado con un enemigo casi tan devastador como el diminuto mosquito que causa la enfermedad: la falta de recursos para combatirla.
Alfredo Casta, director del Programa de Salud Ambiental, admitió que ante la marcada reducción de personal que atraviesa el Gobierno, actualmente hay sólo unos 30 inspectores disponibles a nivel Isla para la tarea de fumigación, de los cuales sólo hay cuatro asignados para toda el área metropolitana, una de las zonas más afectadas por la epidemia. Indicó que, ante la falta de personal, la agencia depende de la ayuda de los municipios.
Mientras, Adalberto Matos, inspector para el control de vectores del Programa de Dengue del Departamento de Salud, comentó que actualmente hay sólo dos camiones de fumigación en el área metropolitana. Recalcó que municipios como San Juan, Guaynabo, Bayamón y Dorado han ayudado a asperjar el insecticida, así como a repartir material educativo.
Destacó, además, que la agencia activó un Plan Antidengue para lograr colaboraciones en equipo.
Para la epidemióloga del Estado, Enid García Rivera, el fuerte patrón de lluvias que caracterizó los últimos días es una de las razones detrás del aumento de casos de dengue, aunque no la única.
García Rivera enfatizó que aunque en Puerto Rico se registran casos de dengue todo el año, siempre hay unos niveles epidémicos que, cíclicamente, se repiten. “Cada cierto periodo de tiempo se puede observar un aumento de casos”, dijo. Agregó que esto no es un fenómeno local, sino uno que atraviesan otros países vecinos, como la República Dominica, Cuba y partes de Centro América.
“Es algo mutifactorial donde la temperatura, el ambiente y la humedad tienen que ver”, dijo, al recalcar que ante la ocurrencia de lluvias siempre hay la posibilidad de un aumento de casos, ya que se acumula el agua, haciendo propicia la proliferación de criaderos de mosquitos.