Greta Thunberg inspira a jóvenes boricuas

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Por: 

Gerardo E. Alvarado León

Ya sea a través de manifestaciones pacíficas y caminatas, sembrando árboles, limpiando áreas naturales o con investigaciones en un salón de clases, jóvenes de toda la isla lideran esfuerzos para combatir la principal amenaza que enfrenta la humanidad: el cambio climático.

No necesariamente se conocen, pero los mueven los mismos intereses. Abogan por un mejor Puerto Rico, en el que haya seguridad alimentaria, abundante energía producida con fuentes renovables, construcciones alejadas de las costas y una clase política genuinamente comprometida con el ambiente.

Integran la Generación Z o “centennials”. No pasan de 22 años, y la protección del entorno es una de las causas sociales con las que se identifican.

Son, a su vez, parte de un movimiento internacional que, en días recientes, ha cobrado notoriedad en la figura de Greta Thunberg, la activista sueca contra el cambio climático, de 16 años. En agosto de 2018, Thunberg lanzó el movimiento #FridaysForFuture (Viernes por el Futuro), nacido de una huelga escolar que protagonizó frente al Parlamento sueco para protestar por la falta de acción con relación a la crisis climática.

Thunberg, quien se tomó un año sabático para adelantar su causa, ha sido recibida por líderes mundiales e intervenido en conferencias al más alto nivel, como la Cumbre de Acción Climática del pasado lunes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, en la que acusó a los jefes de Estado y de Gobierno de no hacer lo suficiente para revertir la crisis climática.

Según la ONU, el cambio climático es el mayor desafío en la actualidad, y sus efectos abarcan desde sequías y huracanes extremos, que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento en el nivel del mar, que puede producir inundaciones catastróficas. Si no se toman medidas drásticas desde hoy, será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el futuro.

Fuente de inspiración

Aquí, Thunberg ha inspirado a jóvenes como Tristán Queriot Rodríguez Vélez, de 16 años, residente en San Juan y fundador del Puerto Rico Youth Climate Strike. Esta organización fue la que coordinó, hace dos viernes, una manifestación frenteal Capitolio en defensa de un futuro verde y justo para la isla. Ese día, cerca de 150 países realizaron protestas similares, en apoyo al movimiento de Thunberg.

“Por espacio de cuatro horas, la gente se mantuvo ahí, bajo un sol ardiente, determinados con esta causa. Fue muy gratificante, algo increíble. Contamos unas 700 personas, entre estudiantes, activistas locales, políticos y público en general”, dijo Rodríguez Vélez a El Nuevo Día.

“Nuestra plataforma se basa en la justicia climática, que para nosotros significa asegurarnos de que cada legislación que se desarrolle o implemente tome en cuenta las necesidades de las comunidades más afectadas por la crisis climática y se amortigüen sus efectos”, agregó.

El estudiante de duodécimo grado en la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico (UHS, en inglés) relató que fundó el capítulo local del Youth Climate Strike tras participar, en junio pasado, en una serie de charlas y talleres del Instituto de Activismo y Abogacía de la Unión Americana de Libertades Civiles, en Washington, D.C.

Contó que, a su regreso a la isla, se sintió “motivado, con energía y las herramientas necesarias” para hacer un cambio, particularmente con “la crisis climática tan devastadora que nos afecta”.

Apoyados por familiares y maestros, el grupo lo integran nueve alumnos de la UHS y una de la Saint Francis School, en Carolina. Aparte de Rodríguez Vélez, están Julián Clivillés, Carolina Crespo, Paula Candelaria, Isabel Rey, Fernando Ramírez, Isabel Valentín, Jayling Drowne, Baruc Tort y Lizdanelly López.

Rodríguez Vélez y sus compañeros identificaron los huracanes –cada vez más intensos– y la erosión costera como los efectos del cambio climático que merecen mayor atención en Puerto Rico.

“Sabemos que los huracanes son inevitables y no se pueden parar con legislación, pero lo que sí puede mejorar es cómo llega la respuesta a las comunidades más afectadas. Y con la erosión, es necesario que, en lugares como Parcelas Suárez en Loíza, Rincón y Cabo Rojo, se declare una emergencia, tal como se hizo en Ocean Park (San Juan). La erosión está destruyendo viviendas y edificios públicos”, advirtió.

Tras la manifestación de hace dos viernes, la meta del Puerto Rico Youth Climate Strike es expandirse a toda la isla mediante la creación de capítulos escolares y comunitarios. La idea es que esos capítulos se establezcan en las zonas de mayor vulnerabilidad climática, para que “se conviertan en las caras de este movimiento”, dijo Rodríguez Vélez.

“Son ellos, no nosotros, los que merecen la plataforma para expresar sus preocupaciones y lo que necesitan”, puntualizó, al resaltar que ha sido activista social “desde que nací”.

Amor por el voluntariado

Otra que desde muy niña ha defendido las causas ambientales es Ellismarie Lorenzo Fuentes, de 18 años, residente en Fajardo y quien funge como “scholar” en El Puente: Enlace Latino de Acción Climática. En esta organización se estrenó como voluntaria hace dos años, tras el paso del huracán María, repartiendo lámparas solares y bolsas de alimentos en varios municipios.

Ellismarie Lorenzo Fuentes, de 18 años, funge como “scholar” en esta organización, donde se estrenó como voluntaria hace dos años, tras el paso del huracán María, repartiendo lámparas solares y bolsas de alimentos en varios municipios.

Desde su puesto actual, Lorenzo Fuentes trabaja con un grupo de 20 alumnos de noveno grado de la Escuela Superior Ramón Power y Giralt, en San Juan. Les ayuda con el huerto escolar y les da talleres sobre cambio climático y seguridad alimentaria, entre otros temas.

Además, en colaboración con la Alianza Pro Desarrollo Económico de Ceiba, organiza “green movie nights” en la zona este de la isla. Se trata de una serie de documentales de diversos temas ambientales.

“Jamás pensé que me iba a involucrar de esta forma en el voluntariado, pero es algo que me gusta. El planeta Tierra es nuestro único hábitat y tenemos que protegerlo”, dijo Lorenzo Fuentes, quien entiende que Puerto Rico debe alejarse de la dependencia energética en combustibles fósiles y moverse a las fuentes renovables, como el sol.

“La energía renovable no contribuye al cambio climático y aquí tenemos sol de sobra. Deberíamos enfocarnos en eso. Los proyectos de gas natural no se deberían hacer”, recalcó.

Lorenzo Fuentes le agradece a una tía inculcarle desde pequeña el amor y respeto por el ambiente. Contó que, a los 5 años, esa tía la llevó a una limpieza de playas y, en otra ocasión, al Festival del Tinglar en Luquillo, que organiza la Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste. La joven ha sido voluntaria de esta última organización, al igual que del Sierra Club de Puerto Rico.

Lorenzo Fuentes participó, hace dos sábados y por segundo año consecutivo, en la caminata “Puerto Rico ante el cambio climático”, organizada por El Puente y a la que asistieron unas 3,000 personas. Marchó junto a su grupo de estudiantes, ayudó con el registro y atendió en las mesas informativas.

“Me gustaría que el trabajo de El Puente se expanda a todo Puerto Rico y que llegue, sobre todo, a los jóvenes, que estamos bastante conscientes de lo que está pasando en el planeta con el cambio climático, y estamos tratando de que esa huella que nos dejaron las otras generaciones disminuya o se detenga”, afirmó Lorenzo Fuentes, quien también se expresó inspirada por la labor de Thunberg.

“Ella está haciendo algo que muchos activistas no han podido hacer. Todo el planeta la conoce, y también usa las redes sociales para que más personas se unan al movimiento”, declaró.

Capitán de costa

Hace dos sábados, también se realizó la Limpieza Internacional de Costas, coordinada en la isla por la entidad Scuba Dogs Society. Allí estuvo, como capitán de costa, Steven D. Oquendo Gordon, de 17 años y residente en Trujillo Alto.

“Busqué voluntarios paraayudar en la limpieza. Estuvimos recolectando colillas (de cigarrillos) y trabajando con más de 600 personas, en su mayoría de entre 13 y 18 años, en la costa de Ocean Park. Fue una experiencia maravillosa, porque llena el corazón. Al final, nos llevamos la satisfacción de haber hecho algo positivo por el planeta, que es el único que tenemos”, sostuvo, al resaltar la colaboración del Club de Leones de Round Hill en su equipo de limpieza.

Oquendo Gordon cursa el duodécimo grado en la Escuela Superior Venus Gardens, en San Juan, donde pertenece al Club 4-H de desarrollo de jóvenes y preside el huerto escolar.

“Me gusta que mis compañeros se involucren en el ambiente y que motiven a más personas. En la universidad, quiero estudiar en educación en ciencia, biología, para despertar la curiosidad de más jóvenes cuando sea yo quien esté al frente en una sala de clases explicándoles que este es nuestro único planeta y hay que cuidarlo”, dijo.

Agradeció a sus padres por inculcarle valores en favor del ambiente y a sus maestros, por reforzarlos mediante actividades como siembras, ferias agrícolas y charlas sobre cambio climático. Además, identificó como sus modelos a seguir al líder cooperativista José “Pepe” Ortiz y la maestra de salud Lourdes Caraballo. “Son quienes nos motivan a crear conciencia sobre el compromiso social que queremos dejar en nuestro país y quienes ayudan a jóvenes, como yo, a potenciar su liderazgo”, sostuvo.

Se hizo de las palabras de Thunberg en Nueva York, al afirmar: “Muchos adultos dicen que mi generación está perdida, cuando esa no es la realidad. Los mayores que acudieron a la limpieza de costas vieron que mi generación tiene mucho que dar, porque amamos nuestro planeta”.

Conciencia ambiental

Desde Cabo Rojo, Lyndamaris Matos Rivera, de 22 años, es la encargada de la logística y la “conciencia ambiental” de la organización Impacto Juventud, que se dedica a informar a esta población sobre los problemas sociales más apremiantes, incluyendo la crisis climática.

Matos Rivera contó que Impacto Juventud surgió tras el paso del huracán María, como proyecto final de la clase de Psicología de la Adolescencia, del profesor Eduardo Lugo, en el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

“Damos charlas en las escuelas e hicimos unos vídeos sobre cómo podemos tener más conciencia ambiental con acciones sencillas, como reducir el consumo energético, gastar menos afuera y reciclar. En total, 42 jóvenes somos parte del proyecto y otros profesores han hecho acercamientos para expandirlo a los demás recintos de la UPR”, dijo.

Destacó que sus actitudes proambiente se las debe a su padre, José Matos, con quien hace trabajo voluntario para la organización Para la Naturaleza. Juntos acuden a siembras de árboles y limpiezas de áreas naturales.

Sobre el movimiento de Thunberg, dijo que es “genial” y que “les ha abierto los ojos a mucha gente de una forma que no podrán olvidar”. Indicó que los eventos naturales recientes, como el huracán Dorian y los fuegos en la Amazonía, validan y refuerzan el pedido de acción de la activista sueca.

"Hacer la diferencia"

En términos similares se expresó Víctor Manuel Vargas García, de 16 años y quien cursa el duodécimo grado en la Escuela Superior Vocacional Bernardino Cordero Bernard, en Ponce.

Declaró que Thunberg es “admirable”, más aún porque su padecimiento del síndrome de Asperger –uno de los trastornos del espectro autista– no le ha impedido adelantar su lucha.

Desde Montreal hasta Buenos Aires, pasando por Caracas, miles de jóvenes del continente americano acudieron al llamado de la joven activista sueca Greta Thunberg para manifestarse y exigir a los gobiernos del mundo acciones concretas contra el cambio climático.

“Eso es lo más que admiro de ella y creo que todos deberíamos aprender esa lección”, indicó Vargas García, a quien no le gusta describirse como activista ambiental, sino como “una persona que sabe de lo que habla”.

Como parte de su clase de Ciencias Ambientales, lideró una investigación sobre la erosión costera y sus efectos. Hasta entonces, no se había interesado en el tema, pero “me tomé la molestia de invertir más tiempo estudiando y aprender más sobre la situación”. Le sorprendió la pérdida significativa de áreas de playa en la costa norte y los testimonios de personas que recuerdan cómo se desplazaban por áreas que hoy están bajo agua.

“Aprendí del tema y quiero seguir investigando. En un futuro, quiero poder decir que contribuí a un mejor Puerto Rico, que hice mi parte, que di el grado, porque eso es lo que el país necesita… que haya gente dispuesta a hacer su parte y unirse a esta causa”, dijo Vargas García, quien coordinó y dirigió una marcha en su escuela.

“Esto se dio de forma orgánica, porque sentí la urgencia de actuar por el planeta Tierra. Me di cuenta de que, si me quedaba con las manos cruzadas, iba a ser como el resto de las millones de personas que han dejado que el planeta se pudra hasta ahora... quise hacer la diferencia”, subrayó.

Anteayer, como parte del movimiento #FridaysForFuture, estudiantes de la Ponce High School marcharon por las calles del casco antiguo de ese municipio. A su paso, regalaron árboles a miembros de la comunidad.

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