Humacao: fusión de naturaleza e historia

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Marielis Acevedo / Primerahora.com Visitar la Reserva Natural de Humacao implica no sólo un encuentro educativo con los alrededor de seis ecosistemas que la habitan, también es una travesía de conocimiento al pasado. Los terrenos de este lugar que pertenecen a la zona subtropical húmeda son protegidos por el Departamento de Recursos Naturales (DRNA) desde el 1986 por su valor ecológico. Su extensión es de 3,186 cuerdas que se dividen en tres segmentos: Mandri, Santa Teresa y el área del Pantano de Pterocarpus. “Cuando el DRNA designa un lugar como reserva lo hace bajo tres propósitos: el de preservación, conservación y restauración. En este espacio se cumple con estos tres procesos”, señaló al respecto Glorissa Olivera, bióloga de la reserva. Sin embargo, no siempre fue así. En un principio, se trataba de meros terrenos de bosques pantanosos. Para la década del 20 y principios del 30 fueron destinados al cultivo de caña de azúcar a través de un sistema de diques, canales y una estación de bombeo, que todavía se levanta a la vista de los aventureros que llegan al lugar. Cuando en 1979, debido a una tormenta y un huracán, se inundó el lugar, las lagunas pasaron a ocupar gran parte de los terrenos, explicó Samerith Sánchez, educadora ambiental encargada de las caminatas guiadas por la zona. En total, son seis cuerpos de agua de este tipo que se abastecen por el estuario del lugar. Éstas son la Santa Teresa 1, Santa Teresa 2, Las Palmas y las tres lagunas Mandri. Estas lagunas albergan una variedad de especies vegetales y anima-les como el mangle blanco y la yerba de Eneas, distintos tipos de peces, el pato chorizo, la chiriria, el pato quijada colorada, el cangrejo violinista, entre otros. “Las áreas de las lagunas son bien importantes porque estas aves migratorias se detienen aquí también para abastecerse y seguir rutas migratorias al sur”, explicó Sánchez, mientras nos ofrece el recorrido, que caminando tiene una duración aproximada de tres horas. Otras áreas características son la zona de la playa, donde aparte de ver arbustos de icacos y uva playera habitan dos de las cuatro especies de tortugas que hay en Puerto Rico: el carey de concha y el tinglar. No muy lejos de esta área se puede llegar a otro espacio histórico: los famosos “bunkers” o puntos de observación que datan de la Segunda Guerra Mundial. Una vista panorámica de toda la costa de Humacao, de Vieques, cayo Batata y cayo Santiago puede disfrutarse desde Punta Morillo. Para dicho periodo bélico, las edificaciones estaban reservadas para que tropas estadounidenses vigilaran los barcos alemanes que navegaban camino a Estados Unidos. Además de ofrecernos todo este escenario natural e histórico, la reserva está preparada para el disfrute de una diversidad de actividades recreativas como la pesca, la caza, áreas para acampar, paseos en kayak a través de los canales y lagunas y recorridos en bicicletas por las distintas veredas. Para apreciarla en todo su esplendor, busque el reportaje multimedial en primerahora.com.