Nuevos hallazgos en Tibes

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Por Ricardo Cortés Chico / rcortes@elnuevodia.com endi.com PONCE - Estudiaba cada una de las piezas. Eran miles, cada una diferente en tamaño, textura y color. Era un rompecabezas de más de 800 años, pero en lugar de paisajes fotografiados, las piezas formaban vasijas, burenes y jarras, usados por los indígenas borincanos. Joshua Torres, estudiante de doctorado en arqueología de la Universidad de Florida, documentaba cada uno de los pedazos cocidos de barro y los trataba de recomponer. Eran también las piezas más recientes de un rompecabezas más grande y complejo que retrata una de las poblaciones previas a la civilización taína. “Todo esto está conectado de algún modo”, dijo Torres al examinar las piezas. Es el mismo rompecabezas que desde el 1995 intenta reconstruir Luis Antonio Curet, arqueólogo del Field Museum en Chicago. La cantidad de tiempo es usual en este tipo de lugar arqueológico, como el Centro Ceremonial Indígena de Tibes, en el que en cada esquina hay una historia distinta. Las excavaciones hechas en las últimas semanas por estudiantes de universidades de Illinios, Florida y Puerto Rico añaden información sobre la creación del centro ceremonial. Tres brazos y unas costillas hablan de la construcción de una de las plazas contiguas. Al parecer los restos antes estaban en el área que convirtieron en una plaza. Cuando aplanaron el terreno, los aborígenes tuvieron que mover los restos, dijo Curet. “Algunos huesos de brazos tenían fracturas sanadas. Esto es un enterramiento secundario. No estaba aquí de primera instancia”, señaló, por su parte, María Alejandra Nieves Colón, estudiante de antropología de la Universidad de Puerto Rico. Unas manchas oscuras en las paredes de otra área excavada evidenciaban los zocos de una vieja estructura también cercana a las plazas. “No necesariamente era una vivienda; pudiera ser una estructura religiosa”, dijo Curet tras precisar que en otras áreas excavadas encontraron huesos de cotorras, tiburones y gallinazos. El yacimiento de Jácana, muy cercano a Tibes, es tal vez una de las piezas del rompecabezas que hasta hace poco estaban perdidas. Aunque gran parte de los hallazgos pertenecen al periodo taíno (1,200 a 1,500), Jácana también fue usado en periodos anteriores, coincidiendo con el tiempo en el que se estima que Tibes fue usado por los aborígenes. Además, los hallazgos sugieren conexiones entre estos yacimientos ponceños con el Centro Ceremonial Indígena de Caguana en Utuado, señaló Curet. A finales de la década de 1980, el arqueólogo Luis Olivera estableció una serie de conexiones relacionadas al uso del espacio entre los bateyes de Tibes y Caguana. A esto se le añaden las similitudes en forma y complejidad entre los petroglifos hallados en Jácana y en Caguana. “Yo especulo que cuando Tibes era habitado, Jácana no era casi usado. Cuando colapsa Tibes, se mudan a Jácana. Probablemente había un contacto directo con Caguana”, dijo. “Estamos pensando en qué posibles rutas pudieron servir para que se diera ese contacto”, añadió Curet. Los objetos arqueológicos en Tibes señalan el uso del lugar por las culturas pretaína e igneri. Jácana contiene evidencia de estas dos culturas, aunque la mayoría de los objetos corresponden al periodo posterior taíno. Caguana, por su parte, es identificado sólo con este último periodo en la evolución cultural de los indígenas.