Reorganizan Fideicomiso de Ciencia y Tecnología

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Marie Custodio Collazo; mcustodio@elnuevodia.com
Iván Ríos Mena. En la foto principal, la nueva sede del Fideicomiso en terrenos de Oso Blanco (juan.alicea@gfrmedia.com)

El Fideicomiso de Ciencia y Tecnología de Puerto Rico (FCT) se encuentra en una especie de pausa mientras un nuevo director interino realiza un análisis de las finanzas y los programas de la entidad, y se dilucidan una serie de litigios pendientes, de cara al reclutamiento de personas de alto calibre empresarial y académico para completar el Consejo de Fiduciarios.

Alberto Bacó, secretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) y presidente del cuerpo rector del FCT, indicó que su meta es que para el verano se llenen las seis plazas vacantes en el consejo de fiduciarios del ente cuasipúblico. Estas sillas corresponden a los representantes no gubernamentales, con trasfondo empresarial y académico, algunas de las cuales han estado desocupadas por varios años. Esto provocó que, en el último año, el Consejo de Fiduciarios estuviera integrado casi exclusivamente por los miembros ex-officio del cuerpo, quienes representan al sector gubernamental.

“Hay unos litigios que, luego de examinarlos, entendemos que no debieron suceder. Y es nuestra intención, en la medida que sea posible, terminar con esos litigios porque el calibre de síndicos que queremos atraer son personas de un alto reconocimiento y sofisticación en el mundo científico y en el mundo de negocios, no en el mundo legal, y lo menos que quieren hacer es venir a formar parte de un fideicomiso que no tiene resultados tangibles y lo que tiene son litigios”, manifestó Bacó y detalló que buscan tener un balance de profesionales locales e internacionales con exposición en niveles decisionales de empresas de alta tecnología, en diversos campo como la informática y las biociencias.

Visión para el futuro

Para encaminar la reestructuración del organismo, Bacó nombró a Iván Ríos Mena como director interino, y le encomendó mantener operando algunos programas e instalaciones bajo el manto de la entidad, a la vez que le sigue pista al dinero del FCT, el cual se constituyó, oficialmente, en el 2005.

Ríos Mena indicó que en el fondo hay unos $74 millones, y que tienen asignaciones mediante fórmula del Fondo Centenario de la Universidad de Puerto Rico, de la Compañía de Fomento Industrial, y del reembolso por el arbitrio del ron, entre otros.

“Estamos en proceso de auditar, de identificar a dónde han ido todos los fondos del fideicomiso y así poderles dar a los nuevos síndicos el panorama de lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho para que puedan decidir cómo van a distribuir los recursos”, añadió Bacó.

Ríos Mena es abogado y en su práctica privada se especializó en ofrecer servicios a empresas pequeñas y medianas, del tipo “startup” de ciencia y tecnología en Puerto Rico que hacen negocios a nivel mundial.

Bacó señaló que una vez se constituya el Consejo de Fiduciarios, el rol del gobierno se reducirá a servir de facilitador para que se puedan encaminar los objetivos que establezca el cuerpo.

“El gobierno será facilitador para que la mayoría de los síndicos, que son del sector privado, puedan crear un nuevo ambiente empresarial en Puerto Rico, que puedan dedicarse sin encajonarse en la realidad inmediata, como le ocurre a los funcionarios del gabinete”, dijo.

Aun así, como presidente del Consejo, Bacó es un componente vital en el rumbo que se le dé al FCT y tiene una idea clara de las áreas en las que considera se deben distribuir los fondos. En primer lugar, mencionó proyectos de la comunidad académica y científica en Puerto Rico y el exterior. Y un segundo renglón sería en la creación de incubadoras para propiciar la transferencia de tecnología y comercialización de propiedad intelectual. Otra partida, opinó, debe destinarse a crear fondos de inversión manejados profesionalmente, con los que se pueda parear fondos de empresas incipientes que se establezcan en Puerto Rico.

El cuarto bolsillo debe ser para la Ciudad de las Ciencias, el proyecto emblemático del FCT, que incluye el desarrollo de un predio de terreno que le cedió el gobierno al organismo en donde antes se ubicaba la penitencieria estatal “Oso Blanco”.

Bacó destacó que sobre este último, la meta es que en dos a tres años estén terminados dos corredores que conectarán el área de Centro Médico y el Centro Comprensivo de Cáncer con la Ciudad de las Ciencias, la Universidad Metropolitana, el Jardín Botánico y la Universidad de Puerto Rico.

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