Una buena dosis para la economía

Este artículo es reproducido por CienciaPR con permiso de la fuente original.

PDF versionPDF version
Por Marie Custodio Collazo / mcustodio@elnuevodia.com endi.com Poco a poco Puerto Rico se está colando en la economía del conocimiento. Lo que se pensaba difícil de lograr, que las grandes farmacéuticas miraran a la Isla como un lugar para establecer operaciones de investigación y desarrollo (I+D), ya ha comenzado a ocurrir, gracias al tesón de ejecutivos puertorriqueños que han dado la batalla para que se instalen aquí complejos centros de desarrollo farmacéutico. Multinacionales como Wyeth y Merck, están inyectando en Puerto Rico millonarias inversiones en laboratorios dirigidos a trasplantar la fase de desarrollo de fármacos en suelo boricua. Aunque Puerto Rico tiene amplio peritaje en la fase de manufactura como tal, el crecer en la fase de desarrollo, que es la que viene justo antes de que se elabore el producto, es de suma importancia para la Isla. Es en esta fase que se amplían las oportunidades de inversión y de creación de empleos. A finales del año pasado, Wyeth comenzó a operar discretamente en Guayama el Centro de Desarrollo Farmacéutico (PDC, por sus siglas en inglés) y el Laboratorio de Desarrollo Analítico (ADL, en inglés). Eslabón en la red Wyeth La inversión de $10 millones ubica a Puerto Rico como uno de tres lugares con instalaciones de este tipo en la red mundial de Wyeth, indica Edwin Gómez, gerente general de Wyeth Pharma en Guayama. Los otros dos PDC están ubicados en Newbridge, Irlanda, y Pearl River, Nueva York. “El PDC y el ADL posicionan a la planta como una organización más eficiente y nos da la oportunidad de atraer productos nuevos para manufacturar aquí. Esto ayuda también a Puerto Rico”, explica el ejecutivo de Wyeth, empresa que está en el proceso de fusionarse con su homóloga Pfizer. A diferencia de lo que se ha hecho en la Isla por más de tres décadas, el centro y el laboratorio de desarrollo no siguen las instrucciones que envía la empresa matriz para la preparación del producto, sino que están escribiendo la receta que seguirán las fábricas en Puerto Rico y otras partes del mundo para elaborar el nuevo medicamento. Estas operaciones toman los descubrimientos de los investigadores y elaboran la formulación y los procesos necesarios para la manufactura comercial. Esto se cataloga como fases intermedias del desarrollo de un producto, y ocurren simultáneas a los estudios clínicos, para los cuales el centro de desarrollo se encarga de producir cantidades limitadas del medicamento que está a prueba. Por tratarse de las fases previas a la aprobación de un producto para la venta, el laboratorio y el centro tienen máquinas especializadas que recopilan la información, que luego se utiliza en los estudios clínicos y que se somete a las agencias reguladoras para la evaluación del fármaco. Lind Claudio, director senior del PDC, y Marcelino Rodríguez, director del ADL, expresan con orgullo que ambas instalaciones se diseñaron para ser flexibles y poder trabajar con diferentes plataformas de desarrollo farmacéutico. Claudio resalta que el PDC contribuirá a mejorar el proceso de desarrollo de nuevos productos utilizando los principios de “calidad por diseño” (QbD, por sus siglas en inglés), así como a “la caracterización de productos y procesos, a explorar nuevas tecnologías, y además ayudará a integrar la administración de datos y del PAT (herramientas analíticas en el proceso)”. Por su parte, Rodríguez resalta que el ADL está equipado con instrumentación de alta tecnología, que permite ofrecer un amplio espectro de apoyo analítico requerido por el PDC. Apoyo para otras operaciones El laboratorio también tiene capacidad para realizar las pruebas forenses que necesiten las demás operaciones de Wyeth en Puerto Rico y América Latina. Esto significa mayor agilidad y menores costos, en el caso de que se requieran investigaciones analíticas, ya que no hay que enviar muestras a laboratorios externos. Rodríguez estima que, desde que comenzó a operar el ADL, las fábricas de Puerto Rico han ahorrado unos $150,000 en costos de laboratorios externos y tiempo perdido en espera de los resultados. Actualmente, el ADL de Puerto Rico tiene un acuerdo de colaboración con la red de Wyeth en México y próximamente comenzará a hacer lo mismo con las operaciones de Brasil, Argentina y Chile. Además, están en conversaciones para ofrecer apoyo a una de las plantas en Japón. Equipo puertorriqueño Los ejecutivos resaltan la labor de los 40 profesionales puertorriqueños con grados de maestría, doctorado y postdoctorado en química e ingeniería que laboran en el centro y el laboratorio. La contratación de éstos fue complicada porque también debían tener experiencia en el desarrollo de procesos. “Algunos de ellos no estaban en Puerto Rico, y fue difícil encontrarlos, pero armamos un equipo que sirve de asesor para otras plantas porque se reconoce su grado de experiencia”, comenta Gómez. Con este equipo ha sido posible trabajar 10 proyectos de desarrollo y 20 investigaciones forenses, desde el inicio de la operación en octubre. Gómez revela que el equipo del centro y el laboratorio están trabajando en el desarrollo de un proceso para el monitoreo y control de la manufactura de medicamentos llamado “Real Time Release”. El objetivo es que se pueda ir verificando la calidad del lote durante la producción para identificar cualquier problema, en vez de esperar a que esté terminado. Con esto, se acorta el tiempo para que el medicamento llegue a los pacientes y se reduce el desperdicio de producto. En tanto, Rodríguez señala que en el ADL han logrado reducir hasta 90% el tiempo de análisis, mediante la combinación de tecnología avanzada y procesos desarrollados por los científicos que laboran en la instalación. Aportación académica Los ejecutivos de Wyeth enfatizan su interés por que su nueva instalación sirva para la educación de los futuros profesionales que necesita Puerto Rico para convertirse en un centro de excelencia en investigación y desarrollo (I+D). Algunas de las máquinas que hay en el Laboratorio de Desarrollo son únicas en la Isla, y otras sólo están disponibles en uno de los recintos de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Específicamente, a Wyeth le gustaría servir de apoyo a los recintos de la zona sur del País, para que puedan realizar investigación y desarrollo. Por el momento, tienen acuerdos de colaboración con la Escuela de Farmacia del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR y la Escuela Graduada de Ingeniería del Recinto de Mayagüez de la UPR. En crecimiento Merck A mediados de esta semana, Merck Sharp & Dohme (MSD) celebró el comienzo de la construcción de su laboratorio de desarrollo, para el que se invertirán $65 millones y que empleará a 30 profesionales con altos grados universitarios en diferentes campos de las ciencias. Daneris Fernández, vicepresidenta de operaciones en Puerto Rico de MSD, señaló que el proceso para conseguir que se estableciera el laboratorio de desarrollo fue una batalla larga y difícil, que se extendió por casi un año. La empresa, que está en negociaciones para fusionarse con su homóloga Schering Plough, sólo tiene otros tres laboratorios de desarrollo, dos en Estados Unidos y otro en Canadá, según información provista por la ejecutiva. Los argumentos de la gerencia local se enfocaron en resaltar las ventajas de la Isla, que la convertían en el lugar idóneo para establecer un laboratorio de desarrollo. “Siempre hemos rebasado las expectativas de producción y hemos demostrado que podemos con el reto. En los 40 años que lleva Merck en Puerto Rico, se ha probado la competencia de nuestros trabajadores”, comenta Fernández, y añade que los incentivos del Gobierno local también jugaron un papel importante a la hora de decidir la ubicación del laboratorio, frente a otros países que estaban en la competencia. A pesar de que la negociación sobre los incentivos para el laboratorio ocurrió antes de que entrara en vigor la nueva ley de incentivos industriales, la ejecutiva de MSD apunta a que el crédito de 50% por inversión en actividades de I+D, que se incluye en la medida aprobada en mayo de 2008, es importante para motivar a más empresas. Fernández menciona además que, en tercer lugar, el compromiso de la empresa con un País que le ha servido bien tuvo un peso en la decisión de establecer el laboratorio, que debe estar listo a finales del 2010. “Puerto Rico se distingue por ser un centro de excelencia en la manufactura farmacéutica, ahora tenemos que demostrar que podemos ser un centro de excelencia en el desarrollo”, explica.